Domingo 32° durante el año: 12 de noviembre 2023
Nueva reflexión sobre el Evangelio dominical de nuestro especial bíblico
Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a medianoche se oyó un grito: ¡Ya está aquí el novio! ¡Salgan a su encuentro! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: Dennos de su aceite, que nuestras lámparas se apagan. Pero las prudentes replicaron: No, no sea que no alcance para nosotras y para ustedes; es mejor que vayan donde los vendedores y se lo compren. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Pero él respondió: En verdad les digo que no las conozco. Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora. (Mateo 25,1-13)
Referencias bíblicas
– Tengan ceñida la cintura y las lámparas encendidas, y sean como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos a quienes el señor, al venir, encuentre despiertos: yo les aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos ellos! (Lucas 12,35-38)
– Les decimos esto como palabra del Señor: Nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la Venida del Señor no nos adelantaremos a los que murieron. (1 Tesalonicenses 4,15)
– La luz de los justos luce alegre, la lámpara del malvado se apaga. (Proverbios 13,9)
– La luz del malvado se apaga, el fuego en su hogar ya no brilla. (Job 18,5)
– Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, se pondrán los que estén fuera a llamar a la puerta, diciendo: ¡Señor, ábrenos! Y les responderá: No sé de dónde son. Entonces empezarán a decir: Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras plazas. Pero les volverá a decir: No sé de dónde son. ¡Retírense de mí, todos los malhechores! (Lucas 13,25-27)
– No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán aquel Día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: ¡Jamás los conocí; apártense de mí, agentes de iniquidad! (Mateo 7,21-23)
– Velen, pues, porque no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también ustedes estén preparados, porque en el momento que no piensen, vendrá el Hijo del hombre. (Mateo 24,42-44)
– Estén atentos y vigilen, porque ignoran cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velen, por tanto, ya que no saben cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Lo que a ustedes digo, a todos lo digo: ¡Velen! (Marcos 13,33-37)
Comentario
El evangelio de hoy se encuentra en el contexto de un discurso sobre las señales que se producirán con motivo de la venida del Hijo del hombre, que están en el capítulo 24 del evangelio de Mateo. Luego, en el capítulo 25, viene el significado práctico de esta venida para todos los cristianos, expresado a través de tres parábolas; la de hoy es la segunda de esta secuencia. Todo concluye con una impresionante descripción del juicio final. Los primeros cristianos esperaban ansiosamente la segunda venida de Jesús, que imaginaban como algo inminente. Luego, se dieron cuenta que se había producido un retraso, con lo cual se creó un espacio para la creatividad de los seguidores de Jesús. La postergación, de ninguna manera debía producir desgano y rutina en la comunidad cristiana. Por el contrario, debía ser una invitación a preparar ese gran acontecimiento, siguiendo fielmente las enseñanzas de Jesús.
La parábola de las diez muchachas que esperaban la llegada del novio se refiere a esta situación de postergación que preocupó mucho a la primera comunidad cristiana. El novio tardaba y su llegada se produjo recién a medianoche; sólo cinco de las diez muchachas tomaron precauciones para recibirlo adecuadamente. Había que estar preparados para acoger al Señor, porque él podía llegar en cualquier momento y a la hora más inesperada. Para el evangelista Mateo, estar preparados significaba escuchar y poner en práctica las palabras de Jesús. La aparente postergación de la venida de Jesús no podía provocar decaimiento o descuido en la comunidad cristiana. Su responsabilidad consistía en preparar un ambiente propicio, para que el Reino que traía Jesús se pudiera instalar plenamente en el mundo y en la historia. La parábola concluye destacando la importancia del asunto: a las cinco muchachas que no se prepararon para recibir al novio como correspondía, simplemente no se les permitió el ingreso a la fiesta de matrimonio. Por eso, la recomendación final señala: Estén atentos y vigilantes, pues ustedes no conocen el día ni la hora.
P. Sergio Cerna, SVD