*Por: P. Heinz Kulüke SVD
Jesús nació durante un viaje de sus padres a la ciudad de Belén para inscribirse en un censo ordenado por el emperador romano César Augusto. Como era extranjero, no tenía lugar para alojarse. Después de su nacimiento, necesitó refugiarse en Egipto ya que Herodes quería matarlo. Debido a estas circunstancias en torno al nacimiento de Jesús, a menudo pensamos en los migrantes y los refugiados durante el tiempo de Navidad.
Actualmente, vivimos en un mundo donde casi 34.000 personas son desplazadas a la fuerza cada día. Un número sin precedentes de 65,3 millones de personas en todo el mundo se han visto obligados a abandonar sus hogares, y entre ellos hay casi 21,3 millones de refugiados. Más de la mitad de estos refugiados son menores de 18 años.
¿Quiénes son los refugiados?
A menudo hablamos de “refugiados”, pero se ha vuelto muy confuso definir a este grupo de personas en estos días. Si se consulta el sitio web del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se encontrará el término “desplazados forzosos”. Este grupo, de unos 68,3 millones de personas, se clasifica en dos grupos: “Refugiados” y “Desplazados internos” (IDP). Los individuos de estos dos grupos son desplazados como resultado de un conflicto armado o de una persecución. La diferencia entre los dos es que los refugiados cruzan la frontera, mientras que los desplazados internos huyen dentro del país. Los refugiados están protegidos por la Convención de 1951 sobre Refugiados y otras leyes internacionales, pero los desplazados internos están bajo la protección del gobierno de su país, incluso si ese gobierno es la razón de su desplazamiento.
La Iglesia Católica y los Migrantes
Si bien se presta especial atención a los “desplazados forzosos”, la Iglesia Católica también se ocupa especialmente del grupo particular de los migrantes. Son los que necesitan salir de sus hogares no por conflictos armados o persecuciones, sino por razones como los desastres naturales, en muchos casos causados por el cambio climático. También son desplazados forzosamente debido a la ocupación de tierras, como la minería, la mega-agricultura, etc., la destrucción del medio ambiente, causada a menudo por el acaparamiento de tierras y las erróneas políticas económicas y sociales. La Iglesia Católica reconoce a estas personas como refugiados “de facto”, dada la naturaleza involuntaria de su migración (Ref. “Refugiados: Desafío a la Solidaridad” No 4. Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, Consejo Pontificio Cor Unum).
La SVD y los Migrantes
Cuando pensamos en los refugiados y los migrantes, es muy importante recordar estos dos puntos. Primero, para establecer nuestra Congregación, el P. Arnoldo necesitó cruzar la frontera a los Países Bajos debido a la persecución religiosa en Alemania. ¡La Sociedad del Verbo Divino fue fundada como una “congregación de refugiados”!
A medida que la SVD amplió su misión a muchos países, siempre hemos trabajado para los migrantes. Esto nos dice que este tema actual y ardiente de los refugiados y los migrantes no es nada nuevo o especial para nosotros, ya que ha sido nuestra vida y misión desde el principio como Congregación.
En segundo lugar, como Congregación misionera, nosotros mismos somos migrantes y locales. Debemos recordar que nuestros lugares de misión son a la vez países de envío y de destino de nuestros misioneros y como resultado, nuestras comunidades son comunidades internacionales compuestas por sacerdotes y Hermanos del lugar y del extranjero. No debemos olvidar que algunos de nuestros cohermanos alguna vez estuvieron bajo el estatus de refugiados. Además, algunos de nuestros cohermanos han ingresado a la SVD como migrantes de un país en particular.
En nuestra vida cotidiana de la comunidad, los SVD experimentamos los desafíos de vivir en países extranjeros y recibir a extranjeros. Experimentamos la alegría de formar comunidades interculturales. Es un testigo fiable del mundo actual, tanto a nivel local como internacional, dando esperanza a los migrantes y a los lugareños.
Actividades de la SVD para las personas desplazadas
Ahora veamos cómo la SVD está trabajando para los refugiados, los desplazados internos y los refugiados “de facto”. Nos referiremos a estos tres grupos como “personas desplazadas”.
Grupos destinatarios
Trabajar para las personas desplazadas no significa que nuestro objetivo sea sólo el grupo de las personas desplazadas. También incluye a la segunda generación, ya que muchas veces no son legalmente reconocidos como refugiados, ni reciben la nueva nacionalidad. Sólo quedan como “apátridas” y no existen legalmente en este mundo. También son los repatriados y los habitantes de los países y zonas de destino.
Tipo de actividades para las personas desplazadas:
Ayuda Espiritual
Para las personas desplazada, que están separadas de sus familias y han perdido todo lo que tenían, en esta difícil situación en un país extranjero durante muchos años es muy difícil que mantengan su sentido de la esperanza. En tales casos, la espiritualidad es importante y fundamental. Independientemente de la religión, acompañamos a estas personas espiritualmente a través de la oración, las visitas pastorales, la construcción de la amistad y el establecimiento de diálogo.
Ayuda directa
Un buen número de SVD ha estado trabajando en los campos de refugiados del JRS, y estamos invitando a más cohermanos. Una ayuda inmediata puede ser en forma de acogida a refugiados en nuestras casas o alquilar una casa para ellos. En la Zona Europea hay unos 330 refugiados alojados en nuestras casas. Podemos ayudar a las personas desplazadas con artículos básicos, ofreciéndoles un lugar y una oportunidad de reunirse, dándoles educación básica, formación profesional, medicamentos, enseñando el idioma y la cultura local y atendiendo a sus hijos.
Sensibilización y prevención en el país o zona de origen
- Formar comunidad y crear conciencia para proteger a la gente, especialmente de la apropiación de tierras.
Sensibilización e integración en el país o zona de destino
- Aumentar la conciencia entre los lugareños sobre la realidad de los refugiados.
- Organizar reuniones sociales, invitar a los refugiados a nuestra parroquia o a las casas locales
Abogacía
- VIVAT Internacional España comenzó a entrevistar a los refugiados y publicar sus historias para presionar al público.
Abordar las causas fundamentales
Hay muchas causas profundas en la cuestión de los refugiados, como la guerra, la violencia, las persecuciones religiosas y de otro tipo, la corrupción, los desastres, la crisis económica, las políticas comerciales injustas, el acaparamiento de tierras, etc. De alguna manera, en cualquiera de nuestros trabajos relacionados con esos asuntos abordamos las causas profundas de la cuestión de los refugiados.
En el artículo sobre la obra corporal de la misericordia, en la edición de agosto de 2016 de Arnoldus Nota, se nos recuerda que es esencial que el trabajo en esas actividades se base en el “respeto”. Lo importante no es el “número de refugiados” o “qué religión tienen”, sino la vida de cada uno de ellos. Estas personas desplazadas tuvieron su vida, perdieron casi todo y están luchando por encontrar un pequeño rayo de esperanza. Nuestro trabajo es acompañarlos con respeto y caminar con ellos para buscar esperanza.
Diversas formas de posible colaboración
La acogida a los refugiados en nuestras casas suele hacerse en colaboración con los gobiernos locales y ONG como Cáritas o JRS. Mientras los acogemos y los recibimos como nuestros vecinos, el gobierno local proporciona servicios sociales tales como apoyo financiero y medicamentos. A su vez, las ONG brindan apoyo adicional, como la formación profesional. En la parte noreste de Sudáfrica, hace muchos años, había muchos refugiados procedentes de Mozambique y Zimbabue. Ahora la población actual ya es la segunda o tercera generación. Estas personas desplazadas siguen viviendo en un entorno terriblemente peligroso. Algunos pueblos se encuentran cerca de la parroquia SVD, y el grupo juvenil de la parroquia visita estos pueblos para distribuir ropa usada y jugar con los niños. En nuestra misión recientemente iniciada en Liberia, hay un gran campamento de refugiados de Costa de Mar ubicado en nuestro territorio parroquial. Hay algunas organizaciones que trabajan allí y los SVD hacen visitas pastorales. Hay muchas situaciones diferentes tanto para los desplazados como para los locales, por lo que nuestro enfoque es diferente de un grupo a otro, pero siempre en colaboración con otros.
El Papa Francisco de su mensaje para el Día Mundial de los Migrantes y Refugiados de 2017 dice. “Deseo dirigirles una palabra, los que caminan junto a los niños y los jóvenes migrantes: Ellos necesitan su valiosa ayuda. La Iglesia también les necesita y les apoya en el generoso servicio que ofrecen. No se cansen de vivir con valentía el Evangelio, que os llama a reconocer y dar la bienvenida al Señor Jesús entre los más pequeños y los más vulnerables”. Continuemos acompañando a las personas desplazadas, ya que pertenecemos a una Congregación cuyos miembros son también migrantes. Nuestro comienzo como una Congregación de refugiados nos anima a hacer de los desplazados una parte importante y relevante de nuestra misión.