*Por: P. Saju George Aruvelil SVD

La VI jornada mundial de los pobres del año en curso nos pide también a hacer un examen de conciencia de nuestro estilo de vida como consagrados, personal y comunitaria, como miembros de la gran familia Arnoldina. Por eso, vale la pena volver a las raíces y los escritos del Fundador junto con el mensaje que el Santo Padre Francisco ha dirigido a la Iglesia entera.

Para San Arnoldo el Espíritu Santo es el Padre de la SVD y también padre de los pobres (Cf. Vol II. 248; Sandkamp, Spirituality, 48-49). El Verbo se hizo carne vaciándose. Abandonó su condición de la gloria celestial. Nuestro fundador estuvo maravillado de la vida austera del Verbo Encarnado. Para él, el fundamento de nuestro voto de pobreza se basa en este hecho. Había invitado a los miembros a tener especial compasión por los pobres (Const. 1885 S/258). También los exhortaba a que “amemos la pobreza evangélica porque hemos recibido el llamado a la consagración del Verbo y el Espíritu Santo y en realidad es el Padre de los pobres. Recibiremos los ricos tesoros del Reino del cielo, y armados con éstos podrán salvar muchas almas de los peligros del mundo, y los conducirá a la perfección” (Const.1891/26-30).

Arnoldo sabía que la pobreza es el camino de la santificación, la madre adoptiva de la humildad y la raíz de la perfección. Él aconsejaba a sus hijos e hijas espirituales que hay que encontrarla en un espíritu de fe y caridad. Por eso las charlas preparatorias y retiros que Arnoldo organizaba para las celebraciones de las fiestas de la Natividad que también estaba basada de este fundamento cristológico y pneumatológico (Remembering AJ, 119).

Una vez al mes todos los que se dedicaban a ayudar a los pobres, cuando era posible debían asistir a una conferencia presidida por el mismo Fundador. Cada individuo estaba obligado a informar sobre sus actividades, sus éxitos y fracasos, experiencias inusuales, nuevos medios y métodos para ayudar a los pobres, etc. Recordó repetidamente a los teólogos el propósito de tal actividad caritativa: observar y comprender la miseria y la necesidad. Encontrar nuevas formas de acercarse a las personas completamente extrañas, a través de la ayuda que brindan e inducir a los laicos a contribuir en actividades de este tipo, etc. (Recordando AJ, 139-140.)

Dios uno y trino ciertamente vive en nuestros corazones, entonces tendrá un impacto en todo el mundo, ya que su bondad y poder misericordiosos abarcan incluso a los seres más pequeños y sin importancia en la creación. Por lo tanto, precisamente el reconocimiento de la inhabitación de Dios en el corazón humano, en el corazón de cada persona, incluidos los más pobres y excluidos, hace que la espiritualidad y el carisma de Arnoldo Janssen sean tan significativos para nuestro tiempo. (Rehbein, Agarrado por el Misterio, 62).

Sabemos sobre la admiración que San Arnoldo que tuvo hacia Hna. Klara Fey (1815-1894), Fundadora de las Hermanas del Niño Jesús Pobre en Aquisgrán en 1844 para el apoyo y la educación de los niños pobres, huérfanos y desamparados, especialmente las niñas. Las congregaciones de la Hna. Klara Fey y la Hna. Franziska Schervier (1819-1876) jugarían un papel importante en el inicio de la Congregación de las “Siervas del Espíritu Santo” ya que el P. Arnoldo tomó sus Reglas como modelo para sus Hermanas. San Vicente de Paúl impactó también la sensibilidad de nuestro Fundador hacia los pobres.

El P. Arnoldo favoreció una formación orientada al corazón que combinara la reflexio con la devotio para que el candidato sea capaz de amar, a la vez, que sea sensible a los pobres y necesitados, y dotado de una sencillez que permita un fácil contacto con las personas. La actividad caritativa fue también para sensibilizar a los seminaristas sobre las necesidades de los más pobres que tan a menudo están presentes en las misiones. El . Arnoldo hizo hincapié en que en todas nuestras casas se debe cuidar a los pobres (Recordando a AJ, 187).

En este espíritu, el P. Arnoldo exigió mortificación y sacrificio, exterior y aún más interior, tanto de sí mismo como los miembros de las congregaciones. En su cargo como superior general tuvo un despacho modesto, con una ventana pequeña, ya que una grande requería un mayor costo. Esto demuestra que estaba satisfecho con la pobre iluminación y además su pequeño dormitorio también representa su espíritu de pobreza. En otras palabras, optó y practicó un estilo de vida pobre como parte de su opción por los pobres. La pobreza se consideraba una obligación moral ya que los bienes materiales eran sacrificios de los pobres por la causa de la misión (Vol. II: 181). Por lo tanto, el nivel de vida material en la Casa de la Misión estaba por debajo del de la clase social más baja. Así, nuestro fundador llevó a cabo con anticipación lo que el Papa Francisco dirá que prefiero una iglesia pobre para los pobres.

La virtud de la caridad en la vida personal del Fundador, en su comunidad misionera y su arraigo estuvo en el tejido total de su espiritualidad. Tuvo un crecimiento marcado en esta virtud y luego fue presentado en dos dimensiones básicas: ‘ad intra’ como caridad fraterna dentro de la comunidad y ‘ad extra’ como caridad en el trato con las personas y es lo que actualmente se denomina en la terminología de la SVD como opción por los pobres (WTW, 1981, No. 7, [en:] Nuntius SVD, XI/1981, No. 3, 318-352.). Lo mismo para las otras congregaciones arnoldinas.

[Algunas frases más destacadas del mensaje del Papa Francisco para la VI Jornada mundial de los pobres son: “Jesucristo se hizo pobre por ustedes” (cf. 2 Co 8,9). Es el fundamento de la opción por los pobres. La guerra en Ucrania ha dejado millones de personas en situaciones de emigraciones forzadas a los países de la vecindad y dejándolas pobres. En las asambleas de las primeras comunidades recibían donaciones y socorrían a los huérfanos, a las viudas, y a quien es indigente por enfermedad o por cualquier otra causa, a los encarcelados, a los extranjeros que se encuentran entre nosotros: en resumen, tiene cuidado de cualquiera que esté en necesidad, escribió San Justino (Primera Apología, LXVII, 1-6). La solidaridad, en efecto, es precisamente esto: compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra. Mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad. La generosidad hacia los pobres encuentra su motivación más fuerte en la elección del Hijo de Dios que quiso hacerse pobre Él mismo]. (cf. MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO VI JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES)

Por eso en este espíritu y a ejemplo de San Arnoldo, que la VI Jornada Mundial de los Pobres se convierta en una oportunidad de gracia, para hacer un análisis de nuestro estilo de vida, personal y comunitaria, y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida consagrada.

*Sobre el autor:

Saju George Aruvelil SVD es de India. Es uno de los primeros OTPs que ha ido a Argentina y en ese país terminó también sus estudios teológicos para el sacerdocio. Luego comenzó su servicio en el área de la educación en nuestras instituciones SVD.

Es Licenciado en Espiritualidad por la Universidad Pontificia de Comillas, Madrid. También tiene un doctorado en Teología de la Pontificia Universidad Católica de Argentina, Buenos Aires. Además ayuda en la formación de laicos y candidatos religiosos. Da retiros y dirige talleres de espiritualidad y de liderazgo, seminarios, etc. Tiene un programa de radio y escribe en un periódico local. Actualmente es un promotor del Movimiento Laudato Si para el cuidado de la Tierra, junto con sus actividades de pastoral parroquial.