Domingo 2° de Adviento: 10 de diciembre 2023

Nueva reflexión sobre el Evangelio dominical de nuestro especial bíblico

Comienzo del Evangelio de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Juan llevaba un vestido de piel de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y proclamaba: Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo. (Marcos 1,1-8)

Referencias bíblicas

– Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva. (Marcos 1,14-15)

– Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (Mateo 4,23)

– Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: Conviértanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado. (Mateo 4,17)

– El espíritu del Señor Yahvé está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahvé. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad. (Isaías 61,1)

– El ángel le respondió: Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. (Lucas 1,19)

– Los reyes de la tierra se sublevan, los príncipes a una se alían en contra de Yahvé y su Ungido: (Salmo 2,2)

– Éste encuentra primeramente a su propio hermano, Simón, y le dice: Hemos encontrado al Mesías – que quiere decir, Cristo. (Juan 1,41)

– Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. (Mateo 4,3)

– Pues si el justo es hijo de Dios, él lo rescatará y lo librará del poder de sus adversarios. (Sabiduría 2,18)

– Haré público el decreto de Yahvé: Él me ha dicho: Tú eres mi hijo, hoy te he engendrado. (Salmo 2,7)

– Por aquellos días se presenta Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: Conviértanse porque ha llegado el Reino de los Cielos. Este es de quien habló el profeta Isaías cuando dice: Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas. (Mateo 3,1-3)

– Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto

y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios. (Lucas 3,3-6)

– Voy a enviar a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y en seguida vendrá a su templo el Señor a quien ustedes buscan; y el Ángel de la alianza que tanto desean, ya llega, dice Yahvé Sebaot. (Malaquías 3,1)

– Una voz clama: En el desierto abran camino a Yahvé, tracen en la estepa una calzada recta a nuestro Dios. (Isaías 40,3)

– Dijo él: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Rectifiquen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. (Juan 1,23)

– Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a su cintura, y su comida eran langostas y miel silvestre. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Pero viendo venir muchos fariseos y saduceos a su bautismo, les dijo: Raza de víboras, ¿quién les ha enseñado a huir de la ira inminente? Den, pues, fruto digno de conversión, y no crean que basta con decir en su interior: Tenemos por padre a Abrahán; porque les digo que puede Dios de estas piedras suscitar hijos a Abrahán. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua en señal de conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga. (Mateo 3,4-12)

– Decía, pues, a la gente que acudía para que les bautizara: Raza de víboras, ¿quién les ha enseñado a huir de la ira inminente? Den, pues, frutos dignos de conversión y no anden diciendo en su interior: Tenemos por padre a Abrahán; porque les digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abrahán. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. (Lucas 3,7-9)

– Juan les respondió: Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes está uno a quien no conocen que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia. (Juan 1,26-27)

– Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días. (Hechos 1,5)

– Había empezado yo a hablar cuando cayó sobre ellos el Espíritu Santo, como sucedió al principio sobre nosotros. Me acordé entonces de aquellas palabras que dijo el Señor: Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo. (Hechos 11,15-16)

Comentario

El evangelio de hoy corresponde al comienzo del evangelio de Marcos y cuyo título dice textualmente: Orígenes de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. El evangelista Marcos anuncia desde el principio del evangelio su intención original al escribir su obra. Los cristianos de la comunidad de Marcos ya conocían la buena noticia de Jesús. Ahora, el autor del evangelio quería narrarles cómo se originó esa buena noticia en la persona, el mensaje y la actividad que desarrolló Jesús. Jesús es llamado Mesías Hijo de Dios, porque su misión salvadora se extendería a todos los hombres y a todos los pueblos del mundo. En el evangelio de Marcos, este nombre se opone al de Mesías hijo de David, cuya misión se limitaba a restaurar el poder y la gloria de la nación judía. Es muy importante tener presente que Marcos es el primer evangelio escrito en el seno de una comunidad cristiana y que su autor es el verdadero creador de un nuevo género literario, el evangelio, que no existía con anterioridad. De partida, el evangelista señala que pretende anunciar una buena noticia para todos; este es el verdadero significado de la palabra evangelio. Luego, viene el contenido de esta buena nueva, que está centrado en la persona de Jesús. De él, afirma que es el Mesías y el Hijo de Dios. Con estos dos títulos, el evangelista quiere dar a conocer la identidad propia de Jesús, que irá revelando progresivamente en su evangelio, al dar a conocer su mensaje y sus acciones.

A continuación, el evangelista se refiere a la misión, predicación y estilo de vida de Juan el Bautista. En el desierto y junto al río Jordán, él ofrecía a sus oyentes un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Juan es presentado como un profeta especial; como tal, él recupera la memoria de las promesas hechas por todos los profetas anteriores y, además, anuncia la llegada de una nueva época, que estará marcada por la presencia del Mesías, el salvador enviado por Dios. El Bautista no duda ni teme presentarse como un precursor del Mesías esperado. El relato destaca también su estilo de vida extremadamente sobrio y austero. Este es un testimonio sobre lo que pronto iba a suceder en la historia de la humanidad; se trataba de algo tan importante y decisivo, que había que concentrar toda la atención en la venida del Mesías y dejar de lado todo lo demás. La figura de Juan Bautista resume el anhelo de una liberación definitiva de todos los hombres, que exigía un cambio de vida. Su misión era preparar el camino del Señor a través de la conversión, pidiendo tomar conciencia de las injusticias personales que estaban provocando una situación social también injusta. El evangelio señala que hubo una respuesta masiva a su llamado. La gente confesaba sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.

El evangelio concluye con el anuncio de la llegada del verdadero Mesías y con una proclamación solemne. Juan dice que él bautizaba a la gente con agua, mientras el Mesías la bautizaría con Espíritu Santo. Por lo demás, así había sido anunciado por los profetas y era la característica distintiva de los tiempos mesiánicos. A través de su Espíritu, Dios se involucraría completamente con la causa del ser humano y cambiaría definitivamente el destino de toda la humanidad.

P. Sergio Cerna, SVD