Este jueves 9 de noviembre en el Patio de las Camelias del Palacio de La Moneda, se realizó un acto organizado por la Alianza Interreligiosa y Espiritual por el Clima (AIEC) en cooperación con la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR). El lema fue “Otra energía para que se mueva” y buscó ser un llamado a la acción urgente frente a la crisis climática, de cara a la COP28 en Dubai.
25 tradiciones y espiritualidades llaman a la acción climática
La actividad contó con la presencia de algunas autoridades del gobierno como Sonia Reyes, SEREMI de la Región Metropolitana, y Omar Cortes, director de la ONAR. De la delegación que va a la COP28 se contó con la presencia de Constance Nalegach, jefa de la Oficina de Asuntos Internacionales del MMA, delegadas del ministerio de relaciones exteriores, además de varios representantes de la sociedad civil.
El acto interreligioso comenzó con un Llellipun, rogativa Mapuche a la ñuke mapu (madre tierra), lo que se conectó con los elementos de la naturaleza y la energía de cambio. Entre música y movimiento de serpentinas se hizo un gesto de envío a la delegación de la COP28, invitándoles a que sean portadores de la voz del sur, para movilizar los corazones y las conciencias en esperanza de una vida abundante y plena.
Los participantes, representantes de 25 tradiciones y espiritualidades distintas, leyeron fragmentos de la Exhortación Apostólica Laudate Deum, recientemente publicada por el Papa Francisco, además de una declaración de arrepentimiento y llamado a la acción climática de Religiones por la Paz. Con cada mensaje se depositó una mariposa, símbolo de transformación y del “efecto mariposa”, una promesa de que pequeños cambios pueden tener gran impacto sistémico.
Tras la ceremonia, algunos de los participantes del acto interreligioso hicieron mención a los desafíos y esperanzas existentes en la COP28, Arianne van Andel, coordinadora de la AIEC, manifestó que “Sabemos que a pesar de los indudables esfuerzos llevados adelante, lo logrado hasta ahora es muy insuficiente. Con este acto y como comunidades religiosas y espirituales, anhelamos profundamente que esta COP sea diferente, ojalá que tengan la fuerza, el coraje y la voluntad de movilizar energías y cambios drásticos!”.
Esta Alianza nos hace volver a confiar, tener esperanza y fuerza por un cambio
Constance Nalegach, jefa de la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Medio Ambiente y parte de la delegación que va a participar en la COP28, señaló que esta conferencia “es el momento en que quienes son Estados parte de este acuerdo multilateral, se reúnen para tomar decisiones, y eso es lo que esperamos que sean decisiones que estén a la altura de una urgencia. Ya el secretario general de la ONU ha dicho que hay una urgencia, una ebullición del planeta. Y esto además se junta con pérdida de la biodiversidad y con contaminación. Y sabemos que esto implica una necesidad de cambiar nuestra relación entre las personas con las demás especies y también, por supuesto, con la naturaleza”. Destacó que la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, ha sido una de las 8 ministras del mundo, elegidas para facilitar un ítem tan fundamental como es la meta global de adaptación, por lo que “en nombre del Ministerio y la delegación de Chile, agradezco la Alianza Interreligiosa y Espiritual por el Clima que nos hace volver a confiar, a tener esperanza y a tener una fuerza por un cambio”, agregó Nalegach.
Las esperanzas y desafíos que llevan representantes chilenos a la COP
Emiko Sepúlveda Mabe, Coordinadora Nacional de la Conferencia Nacional de las Juventudes sobre cambio Climático, LCOY Chile, y también parte del programa para jóvenes que lleva a cabo la Presidencia de la COP 28, explica que para esta oportunidad se han desplegado muchos recursos, tiempo y energía, valorando la novedad de la “integración de jóvenes directamente como delegados”. Asimismo, destaca que, si bien es contradictorio que se desarrolle en un país que se caracteriza por tener una de las emisiones más altas en relación a la producción del petróleo, “desde mi perspectiva, creo que nadie debe quedar fuera de discusión, y son precisamente estos países los que se tienen que hacer más responsables de la acción climática”. Sepúlveda releva también el que se dará la discusión del fondo de pérdidas y daños producto del impacto del cambio climático en los países menos desarrollados o más vulnerables, junto con la evaluación de avances o retrocesos de medidas para evitar el aumento de la temperatura hasta los 1.5º Celsius, que varias estimaciones señalan ya se ha superado largamente. Finalmente, espera que se pueda revisar como se logra una participación efectiva de distintas comunidades, entre ellas las juventudes, las infancias, los pueblos indígenas y las mujeres, entre otros grupos.
Por su parte, Felipe Pino, coordinador de proyectos de la ONG FIMA que representará a dicha organización y la sociedad civil chilena en la COP, junto con mostrarse expectante de los resultados del balance global de la implementación del Acuerdo de Paris, destaca la importancia que, junto a los argumentos científicos, se dé la discusión política que permita implementar los acuerdos. En ese sentido expresa su especial atención al tema de “Transición Justa”, que valora como “una de las primeras instancias en la que se abre una discusión de justicia social en la COP, para que veamos también cómo implementamos soluciones al cambio climático sin vulnerar los derechos humanos, particularmente de aquellos que ya están siendo vulnerados por el cambio climático”. Destaca también, que este Conferencia ya empieza a proyectar y preparar a Latinoamérica para recibir COP30 que se desarrollará en Brasil en 2025, que implicará una mayor “articulación, comunicación y una unidad muy estrecha entre los pueblos latinoamericanos”.
El papel central de las comunidades religiosas en la lucha contra la crisis climática
Al final del acto se invitó a firmar el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, iniciativa global que lucha por un régimen internacional para la eliminación gradual de la producción de combustibles fósiles y el rápido avance hacia una transición energética que garantice un futuro más seguro.
Este acto interreligioso coincide con la “Cumbre de los Credos” realizada los pasados días 6 y 7 de noviembre en Abu Dabi, Dubai, actividad organizada por el Consejo Musulmán de Ancianos en colaboración con la Santa Sede, la presidencia de la COP28 y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), instancia que busca poner de relieve el papel central de las comunidades e instituciones religiosas en la lucha contra la crisis climática.
Fuentes: AIEC