“Toda decisión que se toma en la vida demanda una entrega; y esta, a su vez, nos compromete a dar lo mejor de nosotros. Nada ni nadie nos obliga. Es nuestra decisión, que brota desde el corazón, y nos permite tener la voluntad, paciencia, dedicación, entusiasmo y la pasión para enfrentar el compromiso adoptado con alegría y espíritu alentador”.

Si alguna vez nos detenemos a reflexionar y nos preguntamos ¿cómo describir en términos simples lo que es un verdadero “compromiso” … aquel que surge desde la incondicionalidad, sin esperar nada a cambio, y que, sin embargo, una vez que ponemos en práctica sólo nos colma de satisfacciones y alegrías? Probablemente en estas líneas esté la respuesta.

Esas simples palabras reflejan casi diez años de labor en la residencia de niñas Las Gaviotas de Coronel. Carolina Pinto Garrido comenzó esta labor misionera cuando era apoderada del LAVD. Hoy, desde otra vereda, nos relata con el mismo amor y emoción los inicios de este vínculo que se mantiene inamovible.

los inicios de este vínculo que se mantiene inamovible.

“Las conocimos pequeñas, casi recién llegadas al hogar. Con ojos tristes que nos gritaban su abandono. Muchas de ellas vulneradas en sus derechos; otras desconfiadas con el cariño, pero deseosas de recibirlo, aunque siempre con el temor de que nos olvidáramos de ellas y no volviéramos. Fue una misión difícil conquistar esos pequeños, dolorosos y frágiles corazones, pero con el tiempo, el compromiso y la ayuda del Espíritu Santo, las dificultades se fueron aplacando, y poco a poco se generamos lazos, confianza, cariño, y atrás quedó el temor del abandono. Hoy, ya son adolescentes. Se han convertido en unas luchadoras, alegres, confiadas, con esperanzas puestas en un buen futuro, agradecidas, educadas, cariñosas, generosas y bondadosas. Ahora, sus ojos brillan… y los nuestros también: de amor y emoción”.

Carolina Pinto Garrido

Ex apoderada LAVD