Domingo 29° durante el año: 22 de octubre 2023

Nueva reflexión sobre el Evangelio dominical de nuestro especial bíblico

Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no? Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: Hipócritas, ¿por qué me tientan? Muéstrenme la moneda del tributo. Ellos le presentaron un denario. Y les dice: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Le dicen: Del César. Entonces les dice: Pues lo del César devuélvanselo al César, y lo de Dios a Dios. Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron. (Mateo 22,15-21)

Referencias bíblicas

– Y envían hacia él algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar? Mas él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: ¿Por qué me tientan? Tráiganme un denario, que lo vea. Se lo trajeron y les dice: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: Del César. Jesús les dijo: Lo del César, devuélvanselo al César, y lo de Dios, a Dios. Y se maravillaban de él. (Marcos 12,13-17)

– Quedándose ellos al acecho, le enviaron unos espías, que fingieran ser justos, para sorprenderle en alguna palabra y poderle entregar al poder y autoridad del procurador. Y le preguntaron: Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Nos es lícito pagar tributo al César o no? Pero él, habiendo conocido su astucia, les dijo: Muéstrenme un denario. ¿De quién lleva la imagen y la inscripción? Ellos dijeron: Del César. Él les dijo: Pues bien, lo del César devuélvanselo al César, y lo de Dios a Dios. No pudieron sorprenderle en ninguna palabra ante el pueblo y, maravillados por su respuesta, se callaron. (Lucas 20,20-26)

– Comenzaron a acusarle, diciendo: Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo rey. (Lucas 23,2)

– Cuando entraron en Cafarnaún, se acercaron a Pedro los que cobraban los didracmas y le dijeron: ¿No paga su Maestro los didracmas? Dice él: Sí. Y cuando llegó a casa, se anticipó Jesús a decirle: ¿Qué te parece, Simón?; los reyes de la tierra, ¿de quién cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños? Al contestar él: De los extraños, Jesús le dijo: Por tanto, libres están los hijos. Sin embargo, para que no les sirvamos de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que salga, cógelo, ábrele la boca y encontrarás un estáter. Tómalo y dáselo por mí y por ti. (Mateo 17,24-27)

– Uno de los legistas le respondió: ¡Maestro, diciendo estas cosas también nos injurias a nosotros! Pero él dijo: ¡Ay también de ustedes, los legistas, que imponen a los hombres cargas intolerables y ustedes no las tocan ni con uno de sus dedos! ¡Ay de ustedes, porque edifican los sepulcros de los profetas que sus padres mataron! Por tanto, son testigos y están de acuerdo con las obras de sus padres; ellos los mataron y ustedes les erigen monumentos. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los matarán y perseguirán, para que se pidan a esta generación cuentas de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, les aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de ustedes, los legistas, que se han llevado la llave de la ciencia! No entraron ustedes, y a los que están entrando se lo han impedido. Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca. (Lucas 11,45-54)

– Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: Levántate ahí en medio. Y les dice: ¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende la mano. Él la extendió y quedó restablecida su mano. En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle. (Marcos 3,1-6)

– Dijo entonces Yahvé: ¿Cómo voy a ocultar a Abrahán lo que voy a hacer, siendo así que Abrahán ha de ser un pueblo grande y poderoso, y se bendecirán por él los pueblos todos de la tierra? Porque yo le conozco y sé que mandará a sus hijos y a su descendencia que guarden el camino de Yahvé, practicando la justicia y el derecho, de modo que pueda concederle Yahvé a Abrahán lo que le tiene apalabrado. (Génesis 18,17-19)

– Bueno y recto es Yahvé: muestra a los pecadores el camino, conduce rectamente a los humildes y a los pobres enseña su sendero. Amor y verdad son las sendas de Yahvé para quien guarda su alianza y sus preceptos. Haz gala de tu nombre, Yahvé, y perdona mi culpa, que es grande. Cuando un hombre respeta a Yahvé, él le indica el camino a seguir; vivirá colmado de dicha, su estirpe poseerá la tierra. (Salmo 25,8-13)

– Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme; no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso; enseñaré a los rebeldes tus caminos y los pecadores volverán a ti. (Salmo 51,12-15)

– Amor y Verdad se han dado cita, Justicia y Paz se besan; Verdad brota de la tierra, Justicia se asoma desde el cielo. Yahvé mismo dará prosperidad, nuestra tierra dará su cosecha. Justicia marchará ante él, con sus pasos le abrirá camino. (Salmo 85,11-14)

– Cuando ellos se presentaron, vio a Eliab y se dijo: Sin duda está ante Yahvé su ungido. Pero Yahvé dijo a Samuel: No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo lo he descartado. No es como ve el hombre, pues el hombre ve las apariencias, pero Yahvé ve el corazón. (1 Samuel 16,6-7)

– Porque no son mis pensamientos sus pensamientos, ni sus caminos son mis caminos -oráculo de Yahvé-. Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los suyos y mis pensamientos a los suyos. (Isaías 55,8-9)

– No se deleita en el brío del caballo, ni se complace en los músculos del hombre. Yahvé se complace en sus adeptos, en los que esperan en su amor. (Salmo 147,10-11)

– Por tanto, es preciso someterse, no sólo por temor al castigo, sino también en conciencia. Por eso precisamente pagan los impuestos, porque son funcionarios de Dios, ocupados en ese oficio. Den a cada cual lo que se le debe: a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor. (Romanos 13,5-7)

Comentario

El quinto libro del evangelio de Mateo (19,1-25,46) trata del definitivo Reino de Dios. La primera parte es narrativa (19,1-22,46) y se refiere a la universalidad del Reino. La segunda parte es discursiva (23,1-25,46) y tiene el discurso sobre la manifestación gloriosa del Hijo del hombre al final de los tiempos. El relato sobre el tributo al César (Mateo 22,15-22) está en la parte narrativa. El contenido del capítulo 22 es el siguiente: 1. Parábola del banquete nupcial (22,1-14). 2. El tributo al César (22,15-22). 3. La resurrección de los muertos (22,23-33). 4. El mandamiento principal (22,34-40). 5. Jesús hijo de David (22,41-46). Después de la parábola del banquete nupcial, hay cuatro controversias de Jesús con sus adversarios. La primera, sobre el impuesto al emperador; la segunda, sobre la resurrección; la tercera, sobre el mandamiento principal; y la cuarta, sobre la relación con David. 

El evangelio se refiere a un desencuentro de Jesús con los fariseos y un grupo de herodianos. El rey Herodes había sido puesto en el cargo por el emperador romano y dependía de él. La discusión se relacionaba con los impuestos que el pueblo debía pagar al emperador. Era una cuestión muy sensible, pues en ella aparecía el asunto de la dominación romana en Palestina y la falta de autonomía política y económica de Israel. La situación no dejaba indiferente a nadie, con la sola excepción de los que estaban de acuerdo con el tributo, pues les daba evidentes ventajas. Los más radicales opositores, manifestaban su rebeldía con sublevaciones, que provocaban la rápida reacción militar de las tropas romanas.

Es en este contexto, que se le hizo a Jesús la pregunta sobre el pago de impuestos. La cuestión de si era lícito pagar tributo al César, era una trampa tendida por sus adversarios para acabar con Jesús. Ellos sabían que cualquier respuesta, positiva o negativa, lo iba a comprometer seriamente e iba a tener consecuencias para su persona. Pero, Jesús derivó hábilmente el asunto hacia un tema más profundo e importante. Las monedas habían sido emitidas por el emperador y en ellas estaba su imagen e inscripción de soberano. A él correspondía recibir de vuelta esas monedas, porque le pertenecían. Hasta aquí llegaba su competencia. Sin embargo, había algo más. El hombre había sido creado a imagen de Dios y llevaba su sello característico. Por tal motivo, correspondía que el hombre reconociera a Dios como su único señor y salvador. Esto era lo realmente relevante en esta cuestión.

P. Sergio Cerna, SVD