*Por: Hna. Rafaela Wojenska SSpS

San Maximiliano María Kolbe nació el 8 de enero de 1894 en Zdunskiej Woli, Polonia, ocupado por el Imperio Ruso.  Fue el segundo  hijo del matrimonio Julius Kolbe y María Dabrowska. Su padre era alemán y su madre polaca.  Fue bautizado con el nombre  de Rajmund. Tuvo cuatro hermanos.

Su familia era muy religiosa y patriota. Con frecuencia visitaba a la Virgen de Czestochowa, lo que fortaleció su espiritualidad a la Madonna. Hacia 1906 se le apareció la Virgen María. Su madre lo relató  del siguiente modo: “en sus manos tenía dos coronas una blanca y otra roja“. Ella le peguntó cual quería elegir y él dijo ambas. La primera significa la pureza y la segunda el martirio. Ambas se cumplieron en su vida.

A los 13 años, junto con su hermano mayor Francisco, decidió ingresar a los Franciscanos Conventuales. El año 1910 inició el noviciado, recibió el hábito y el nuevo nombre de Maximiliano María. Antes de ser ordenado sacerdote fundó la revista “Caballeros de la Inmaculada” para la evangelización de la conversión a los pecadores y enemigos para acercarlos a Dios y la Virgen María. Fue enviado a Roma en 1912. Estudió en la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1915 se doctoró en filosofía. Se doctoró en teología entre 1919 y 1922 en la Pontificia Universidad de Buenaventura de Roma.

Fue ordenado sacerdote en 1918. En  el año 1929  construyó la Ciudad de la Inmaculada, un complejo religioso, un convento, un seminario, una editorial y una emisora radial en Niepokalanowie, ubicado a 40 kilómetros de  Varsovia. Abrió la imprenta para extender la revista Caballeros de la Inmaculada en Polonia y fuera del país. Su misión se extendió a Japón, allí fundó  un convento, un seminario y la revista Caballeros de la Inmaculada.

El P. Maximiliano regresó a Polonia en 1936 antes de que estallara la II Guerra Mundial. En 1939 Nipokalanów fue el refugio para todos los perseguidos. A ninguno le negó  ayuda. Casi 2000 judíos se escondieron en el Convento de los Franciscanos. En 1941 Maximiliano fue arrestado por los nazis y llevado a Auschwitz para el campo de concentración como reo político con el número 16670. Allí se preocupó por la vida física y espiritual de los reos.

 La noche 3 de agosto de 1941 se escapó un reo del mismo pabellón  y  como castigo  sacaron a diez reos para matar, entre ellos se encontraba el sargento de la policía polaca, Franciszek Gajowniczek, esposo y padre de familia.  Gritó que no quería morir y el P. Maximiliano  salió de la fila y se ofreció morir por él y fue aceptado por el comandante. A todos les sacaron su ropa y los llevaron a un  lugar   de la muerte. Allí Maximiliano enseñó que “el odio destruye, pero el amor construye“. La falta de alimento y agua no pudo quebrar el espíritu del cuerpo de Maximiliano. Los alemanes  le quitaron la vida con la inyección fenolu.

El Santo Padre Juan Pablo II visitó la pieza de la muerte de Maximiliano y lo denominó “Nuestro Patrono de difícil siglo”.

El 30 de enero de 1969 fue  declarado venerable por el Papa Pablo VI y en 1971 fue beatificado. A la beatificación fue invitado -por el papa Pablo VI- Franciszek Gajowniczek . El 10 de octubre de 1982 el Papa Juana Pablo II lo canonizó. En la canonización Maximiliano fue declarado por el Santo Padre como confesor y mártir de la caridad.

*Sobre la autora:

La hermana Rafaela Wojenska es oriunda de Polonia y pertenece a la Congregación Misionera Siervas del Espíritu Santo. Actualmente sirve en Chile en el Colegio Emelina Urrutia de El Monte donde, además, acompaña a un grupo Bíblico y a la agrupación AMES.

También forma parte de la Pastoral Mapuche  de Santiago.