Huaco retrato.
Gabriela Wiener
Gabriela Wiener, peruana, radicada en España es periodista y cronista y quien además es una de las nuevas figuras de la literatura latinoamericana femenina. Aquí nos presenta su primera novela de ficción que lleva por nombre HUACO RETRATO, publicada en 2022.
Para aquellos que no conocen la palabra “HUACO” viene del quechua “huaca” o wak’a, como se le llaman en los Andes a los lugares sagrados que hoy en su mayoría son sitios arqueológicos o simplemente ruinas. También ésta designa “cualquier pieza de cerámica prehispánica hecha a mano, de formas y estilos diversos, pintada con delicadeza”, escribe Wiener, “los huacos se llaman así porque fueron encontrados en los templos sagrados llamados huacas, enterrados junto a gente importante. Pueden representar animales, armas o alimentos. Pero de todos los huacos, el huaco retrato es el más interesante un huaco retrato es la “foto carnet” prehispánica. La imagen de un rostro indígena tan realista que asomarnos a verlo es para muchos como mirarnos en el espejo roto de los siglos”, nos dice la autora.
Lo que comienza con la visita en un museo de Paris donde la autora contempla una colección de huacos, los que pertenecían a la colección de su bisabuelo Charles Wiener, un judío austriaco, que fue encomendado por el gobierno francés a hacer exploraciones en territorio peruano. Se entrelaza con la muerte del padre de la autora y su llegada a Lima para los funerales, desde ahí parte esta historia que se transforma en una novela extraordinaria. Con estos dos acontecimientos, una historia familiar y una crisis de identidad, comienza la protagonista a reflexionar sobre su antepasado y la familia Wiener en Perú. Lo que al inicio del libro pensé se trataría de un libro sobre uno de los grandes exploradores de la cultura incaica, pasó a ser un libro que pone en tela de juicio los fundamentos en los que se han construido nuestros imaginarios sobre, la colonización, la sociedad, la familia, el patriarcado, lo femenino, etc.
En este peregrinaje de averiguar sobre su familia hasta llegar a Charles Wiener, quien fue un huaquero, un «saqueador de yacimientos arqueológicos» y que además dejó «un hijo peruano, el que tuvo diez hijos» y uno de ellos fue el abuelo de la escritora, comienza la búsqueda identitaria. Con respecto a sí misma, la autora, nos dice “mi identidad marrón, chola y sudaca intenta disimular la Wiener que llevo dentro, soy la más india de los Wiener”. El blanqueamiento de su propia historia personal, que oculta lo indígena, la lleva a la reflexión en torno al desmantelamiento de una perspectiva de la historia “blanqueada” durante siglos. “Todos tenemos un padre blanco. Quiero decir, Dios es blanco. O eso nos han hecho creer. El colono es blanco. La historia es blanca y masculina”. Y prosigue el relato “Mi abuela, la madre de mi madre, llamaba a mi padre, al marido de su hija “don” porque ella no era blanca, sino chola. Me resultaba rarísimo oír a mi abuelita tratando con ese excesivo e inmerecido respeto a mi papá, “Don Raúl” era mi padre. Ese “blanqueamiento”, nos recuerda la autora es “la malinche latinoamericana”, que no solo ha afectado a su familia, sino que también a su país, a toda la región, y a la forma de entender la sociedad latinoamericana en que vivimos.
A partir de esta reflexión comienza la autora a “deconstruir” su propia historia familiar y al mismo tiempo, la historia infame de la colonización la que es un resumen de depredación y saqueo en América Latina, como lo fue la historia de su bisabuelo “un saqueador de la cultura peruana”, un “huaquero” como muchos y no el héroe aventurero presentado por la historia oficial nacional, o la forma en que quería ser recordado y que la familia peruana de Wiener quiere que se le recuerde. La analogía que hace la Wiener con los “huaqueros” quienes, al desacralizar y robar un lugar sagrado, no solo destruyen elementos imprescindibles para entender el pasado del país, sino que al robar esas piezas un arqueólogo que llega a un “huaco” saqueado por los huaqueros no puede reconstruir la historia pasada de esos artefactos y hablar de aquellos que hicieron esos utensilios y que forman parte de la historia del país: “Huaquear, … es abrir, penetrar, extraer, robar, fugarse, olvidar”.
El libro intenta contar la historia de un territorio, la de “nuestra estirpe bastarda”, la historia olvidada, como lo fue la historia de su ancestro, que en el norte de Perú se lía con una mujer peruana, le deja un hijo y desaparece, dejando a esa mujer, y a otras muchas con las añoranzas de esas paternidades ausentes y fantasmales que forman parte intima de nuestra forma de vivir el deseo, la identidad, la culpa y el amor en el presente. Huaco retrato es una catarsis de la vida de la protagonista que se va transformando en una “catarsis país”, donde temas como mito familiar, mestizaje, migración, racismo, colonización, patriarcado, herida, identidad, bastardía, cartografía, culpa, origen, duelo, sexualidad, humor, rebelión, la relación poliamorosa acechada por la culpa y los celos, entre otros, que va quitándote poco a poco la venda de los ojos. Lo más importante de este relato es que se trata de una reflexión desde la óptica femenina, de una inmigrante en tierras de conquistadores y he ahí el gran aporte de Wiener.
Tenemos que decir que se trata de un libro difícil de encasillar dentro de los géneros que ya conocemos, es un “género híbrido” entre novela, historia, ficción, poesía y autobiografía. La misma autora dice que se trataría de un libro “de-generado”, “sin un género específico”, aunque los comentarios leídos en su mayoría hablan de “auto-ficción”. La protagonista se llama como la autora y los hechos que se narran al comienzo del libro, son reales, la muerte de su padre y la búsqueda por el antepasado, del cual recibe el apellido Wiener. Una historia familiar que poco a poco se va transformado en testimonio, crónica, la saga familiar, la recreación histórica y la literatura del duelo.
Pero el libro no es solo sobre una búsqueda identitaria en todos los sentidos, el libro a partir de allí se llena de hermosas, sarcásticas, humorísticas y dolorosas reflexiones en torno a la identidad, sexualidad, la familia, el matriarcado, el patriarcado, el racismo, violencia colonial, la memoria histórica y el poliamor entre otros. Todo esto con una honestidad literaria brutal. Creo que será un libro importante en el futuro, algo así como un “Laberinto de la soledad” de Octavio Paz, que nos hablaba de la identidad mexicana, que es al mismo tiempo la historia de la identidad de nuestra región americana. Allí se nos habla de una mujer que traiciona, “la Malinche”. Aquí es la autora, y protagonista, una mujer, que nos trata de salvar con su reflexión para deshacernos de ese “pensamiento colonial” que nos ha dominado y sigue presente en el imaginario colectivo de nuestra región.
Un libro brillantemente escrito, creo que para muchos que tenemos raíces indígenas la imagen de un rostro indígena tan realista, como un “huaco”, es una forma de “mirarnos en el espejo roto de los siglos” y lo que muchas veces vemos no nos gusta e incómoda, porque nos hicieron sentir vergüenza de nuestras raíces, y por eso hemos tratado de asimilarnos, de “aculturarnos” para perder y hacer desaparecer de nuestra historia, tanto personal como nacional, esa realidad indígena presente siempre en nuestra vida. Un hermoso viaje por la búsqueda de la identidad perdida de esa que perdemos como niños y que la autora lo relata literariamente: “uno de mis primeros recuerdos se remonta a mi fiesta de cuatro años, durante la cual, mi mayor preocupación, era que mis amigos no descubrieran quién era mi papá. No me preocupaba que lo vieran a él, sino que, al hacerlo, me vieran a mí y, así, se dieran cuenta de que yo no era tan blanca como todos creían que era, como nos habían enseñado que debemos ser”. Para terminar, nos recuerda: «Nunca dejamos de buscar lo que fuimos, para comenzar a ser lo que soñamos».
Gabriela Wiener
Escritora y periodista peruana, Gabriela Wiener (Lima, 1975) reside en Madrid después de haber vivido largo tiempo en Barcelona. Sus textos han aparecido en varias antologías y han sido traducidos a otros idiomas como el alemán, el inglés, el francés o el italiano.
A lo largo de su carrera periodística Wiener ha colaborado para medios como El País, Vice o Marie Claire, donde fue redactora jefa. Además, colabora con contenido en español en el New York Times y con una videocolumna en LaMula.
En lo literario ha publicado tanto poemarios como novelas, entre las que destacan los títulos Nueve lunas, Llamada perdida y Huaco retrato.