La Sociedad Paliativa
Byung-Chul Han
“¡Cuéntame qué es para ti el dolor y te diré quién eres!”
Ernst Jünger
Estoy leyendo y releyendo un libro, es un ensayo muy corto, de BYUNG-CHUL HAN, coreano-alemán, LA SOCIEDAD PALIATIVA. El pequeño ensayo analiza como nuestra sociedad actual se enfrenta al dolor. Desde nuestro nacimiento asociamos la vida con el DOLOR. Comúnmente hablamos de diferentes tipos de dolores: dolor físico, o dolores agudos, los más comunes, también hay dolores permanentes o crónicos, los que se producen debido a enfermedades, accidentes, entre otros. Estos dolores crónicos pueden derivar en depresiones, que causan otros tipos de dolor, neuropático, psicogénico. Hay otros tantos tipos de dolores, que incluso llegamos a hablar de los famosos “dolores de amor”
Nadie desea sufrir y tratamos en lo posible de evitar “los dolores”, además cada vez dejamos menos margen a los conflictos y las controversias, que podrían provocar dolorosas confrontaciones. Pero ¿es eso positivo? Siempre se decía que “la letra entra con sangre” o en inglés “No pain, no gain”, (sino se sufre, no se gana). En literatura tenemos muchos ejemplos: “la verdad dolorosa es mejor que una mentira”; Thomas Mann. William Faulkner: “Si puedo elegir entre nada y dolor, entonces elijo el dolor; Sigmund Freud nos recuerda, “Nos esforzamos más por evitar el dolor que por obtener placer”. Y para aquellos que crecimos en ambientes católicos, el dolor y la salvación son parte de nuestro imaginario colectivo, bastaba mirar el crucifijo de la parroquia para ver a Jesús sangrando y sufriendo, como también el “vía crucis” o la famosa “mater dolorosa” que nos recordaba el dolor de una madre, que podría ser la nuestra, “si no nos portábamos bien” (dolor y disciplina).
Este pequeño ensayo comienza con la siguiente cita del filósofo alemán Ernst Jünger: “¡Cuéntame qué es para ti el dolor y te diré quién eres!” Y el autor nos aclara que la relación que tenemos con el dolor revela el tipo de sociedad en que vivimos. En este mismo contexto, Byung-Chul Han nos habla del concepto ALGOFOBIA, o fobia al dolor, un miedo generalizado al sufrimiento. Para el autor este miedo al dolor nos está llevando a un cambio de paradigma, “vivimos en una sociedad de la positividad que trata de librarse de toda forma de negatividad. El dolor es la negatividad por excelencia”. Incluso la psicología obedece a este cambio de paradigma y pasa de la psicología negativa como “psicología del sufrimiento” a una “psicología positiva” que se ocupa del bienestar, la felicidad y el optimismo. Hay que evitar los pensamientos negativos y reemplazarlos sin demora por ideas positivas. La psicología positiva somete incluso el dolor a una lógica del rendimiento”.
Aquí cabe la pregunta, ¿tenemos que sufrir? o ¿por qué es necesario el dolor o es necesario el dolor en la vida del hombre? Esta algofobia disminuye rápidamente nuestra tolerancia al dolor en la sociedad del éxito, donde el dolor no tiene cabida. El dolor es sinónimo de debilidad y éste está en contraposición con la sociedad de los “likes”.
Según el autor la algofobia acarrea una anestesia permanente. Se trata de evitar todo estado doloroso, hasta incluso las penas de amor resultan sospechosas, es por eso que la algofobia se extiende al ámbito social, evitar los conflictos, como ya mencionamos, pero “…la algofobia domina también la política… en lugar de discutir y luchar por alcanzar argumentos mejores, uno cede a la presión del sistema. Se está propagando y asentando una posdemocracia que es una “democracia paliativa”, que da origen a una “política paliativa” la que no “es capaz de tener visiones ni de llevar a cabo reformas profundas que pudieran ser dolorosas. Prefiere echar mano de analgésicos, que surten efectos provisionales y que no hacen más que tapar las disfunciones y los desajustes sistemáticos. La “política paliativa” no tiene el valor de enfrentarse al dolor”.
Pero esto incluso va mucho más allá, la psicología positiva somete incluso el dolor a una lógica del rendimiento. La “ideología neoliberal” de la resiliencia toma las experiencias traumáticas como catalizadores para incrementar el rendimiento, de esta manera se está creando un hombre, y al mismo tiempo una sociedad, en que se piensa solo en rendir, donde la insensibilidad al dolor es el objetivo para que el sujeto que forma parte de esta, se sienta “constantemente feliz”. El autor agrega que este dolor debería interpretarse “como síntoma y expresión de la crítica a las condiciones imperantes, el dolor privatizado se ha reducido a una interioridad casi narcisista. Por lo tanto, nuestro tiempo está marcado por “entrenadores motivacionales„ en lugar de “revolucionarios» y por «depresión en lugar de revolución»”.
Ante esto Han toma como ejemplo la sociedad norteamericana, en ella ve la “crisis de los opioides”, el uso masivo de analgésicos, las redes sociales y los juegos de computadora, como indicadores de la sociedad del rendimiento. El dolor se ha convertido en un signo de debilidad y desaparece con “la medicación”, Han agrega, “el like” (👍)es el signo y analgésico del presente”.
Por último, entre otros temas tratados, desde la filosofía naturalmente, este ensayo nos habla de la Obligación y felicidad, Sobrevivencia, Sin sentido del dolor, El dolor como verdad, Poética del Dolor, Dialéctica del Dolor, Ontología del Dolor, Ética del dolor, etc. Gran bibliografía en las últimas páginas con citas y referencias de Adorno, Heidegger, Foucault, Nietzsche, Valéry, Benjamin, Proust, Hegel, Lévinas, Fukuyama, y otros. Me llamó la atención que no haya citado a Aldous Huxley y su libro “Un mundo feliz”, donde en forma de ficción se trata esta temática en que la sociedad y sus castas tienen en común el condicionamiento para la satisfacción permanente a través del consumo, el sexo y la droga “soma”, que eliminan el dolor, y eliminan la necesidad de pensamiento crítico y cuestionamiento del orden mundial de los miembros de esta sociedad, creo que Huxley fue un visionario al escribir esta obra de ficción, la que nuestra realidad actual podría superarla.
Solo me queda agregar que la “Sociedad paliativa» es una “lectura saludable” para aproximarnos y tratar de entender los problemas que vive nuestra sociedad del éxito en que vivimos, donde la solidaridad y empatía son muchas veces consideradas muestras de debilidad, pero posiblemente son esas características humanas las que nos pueden salvar de la “locura de la vida”. ¡Buena lectura!
Byung-Chul Han
Byung-Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959), estudió Filosofía en la Universidad de Friburgo y Literatura alemana y Teología en la Universidad de Múnich. En 1994 se doctoró por la primera de dichas universidades con una tesis sobre Martin Heidegger. Tras su habilitación dio clases de filosofía en la universidad de Basilea, desde 2010 fue profesor de filosofía y teoría de los medios en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe y desde 2012 es profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín. Es autor de más de una decena de títulos, la mayoría de los cuales se han traducido al castellano en Herder Editorial.