*Por: P. José Miguel Alvarado SVD

Por muchos siglos la concepción fundamentlista de la inspiración bíblica se concentraba en el texto como producto de Dios mismo. Los hombres habrían sido simples secretarios de Él. Luego se realizó el esfuerzo de centrarse en los escritores y se llevó más en serio al autor humano, considerado instrumento de Dios dotado de inteligencia y libertad, dentro de una cultura… pero limítase aun solamente al autor/escritor, el lector no aparece.

Hace un siglo, de modo más intenso, los estudios bíblicos vienen enriqueciéndose con los aportes de ciencias como la arqueologia, las ciencias sociales, la antropologia, la lingüística, hermenéutica, entre otras… esto lleva a pensar en la variedad de factores que intervinieron en la composición de la Biblia, transmisión y recursos usados.

Sin negar el origen y relación de la SE en Dios, es imposible, hoy, leer y estudiar textos bíblicos sin considerar la situación histórica, cultural, ideológica (religiosa) y social al hablar de inspiración… Siendo así, hay que tener presente, al referirnos a la inspiración, por lo menos a algunos de los siguientes elementos:

1 – La inspiración se dirige a personas no a escritos. Por ser comunicación divina, por ser un Don.

2 – No todos los escritos bíblicos hablan de inspiración divina. De hecho, muchos textos (ejemplo los salmos) son dirigidos por hombres/mujeres a Dios.

3 – El término autor “inspirado”, deberá considerar e incluir a todos los que intervinieron desde su transmisión oral hasta la escrita.

4 – La explicación de inspiración debe considerar que la transmisión del texto sufrió modificaciones, adaptaciones, reinterpretaciones… (De hecho, no contamos con los textos originales, sino con copias de copias y traducciones de…).

5 – Los escritos de la Biblia no solamente cubren una gama de géneros literários sino que también muestran maneras diferentes de entender a Dios y la relación de las personas con Dios.

6 – Ningún autor, oral o escrito, vivió aislado de su comunidad, estuvo, sí, inmerso en ella. Quiere decir, los autores fueron influenciados por su ambiente como por su historia personal… Se debe rescatar la importancia de la dimensión social de los autores bíblicos.

7 – El escritor compuso su obra con su estilo, según su visión teológica, sus concepciones y comprensión de Dios. Es la importancia de la dimensión histórico-cultural y las limitaciones conceptuales evidentes en los textos que no podemos mirar indiferentemente.

Por otra parte, la inspiración no se limita a la producción del texto que leemos, sino que incluye el proceso de lectura creyente del texto… ¡cuántas personas se sintieron inspiradas en sus lecturas bíblicas!. Los escritos bíblicos son producto de personas inspiradas y, por lo mismo, son capaces de inspirar a otras personas. Como el texto es reflejo de esperiencias y testimonios del Dios de la vida, en cuanto inspirado, generará también vida.

En pocas palabras:

La inspiración bíblica es:

– un carisma o don de Dios a los autores desde la tradición oral hasta su fijación escrita

– que los conducía de tal modo que reconocieran, comprendieran e interpretaran determinados acontecimientos y vivencias, bien como determinadas comunicaciones en su dimensión reveladora y,

– las transmitieran correcta y adecuadamente a su “auditorio”,

– para su edificación y orientación en la fe a lo largo del tiempo, por el camino que conduce a la salvación.

Ref. Bibliográfica:

Arens, E. La biblia sin mitos: una introducción crítica. Hijas de san Pablo: Perú, 2004; Gabel, J; Wheeler. The Bible as Literature. Oxford University Press, 1990. Dias da Silva, C. Metodologia de exegese bíblica. Paulinas: São Paulo, 2000.

*Sobre el autor:

El P.José Miguel Alvarado SVD es el encargado de la Dimensión  Bíblica de la Provincia de Chile y Superior del Distrito Sur.

Es Magíster en Teología Sistemática  de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo,  magister en Consultoría y Coaching Organizacional de la Universidad Del Desarrollo, Santiago de Chile