En la imagen de archivo (el segundo de derecha a izquierda), el P. Francisco Belec Q.E.P.D en una de las reuniones de Equipo  de la Pastoral Mapuche de Santiago.

El parte de fallecimiento recibido desde la Casa Central de las Misiones Extranjeras de Canadá era escueto: “El Padre Francisco Belec, sacerdote de la sociedad de las Misiones Extranjeras, ha fallecido en Laval, Canadá, el 12 de diciembre 2021, a la edad de 84 años. Hijo de Harris Bélec y de Azida Anglehart, nació en Montreal el 5 de diciembre de 1937. Hizo sus estudios secundarios en la Académia St. Léon de Westmount y en el Seminario Marie-Reparatrice de Montreal, después sus estudios teológicos en el Gran Seminario de las misiones extranjeras de Pont-Viau, Laval. Fue ordenado sacerdote el 23 de diciembre de 1962 y partió el 17 de septiembre de 1963 para Chile, donde trabajó como misionero hasta 2014”.

Sin embargo, su vida fue una larga historia de entrega misionera y de cariño por el pueblo mapuche. Como hombre dado a los estudios en Canadá fue director de estudios (1969-71), profesor en la Universidad de Montreal (1970-71) y redactor de la revista Misiones extranjeras (1986-89). 

En Chile estuvo más de 50 años como misionero, especialmente en La Araucanía. Llegó primeramente a Lumaco. Se hizo, siguiendo a san Pablo, mapuche con los mapuches, aprendió el mapudungun a la perfección, de manera que podía enseñarlo a otros con una muy buena didáctica. Promovió la cultura mapuche, que él mismo conocía y apreciaba de corazón.

En una época en que aún no se hablaba de interculturalidad, el padre Pancho evangelizaba y promovía la cultura ancestral con respeto y entusiasmo. Era hermoso escucharlo cantar al estilo mapuche en esa lengua, acompañado del kultrún.

El P. Francisco destacó  por su permanente  amabilidad y alegría.

Giglio Linfati, sacerdote de la Diócesis de Temuco lo recuerda así: “El padre Pancho Belec fue un gran misionero entre el pueblo mapuche, se integró a la Pastoral Mapuche que era muy fuerte en esa época, que estaba ligada a la Fundación Instituto Indígena. Recorría todas las comunidades mapuches de diversas parroquias y no sé cuántos años estuvo trabajando en la Diócesis de Temuco. Después se trasladó a la Diócesis de Villarrica, estuvo como párroco en Puerto Domínguez y después fue trasladado a trabajar con los temporeros en la zona central”.

Junto con el padre Eugenio Teissen, de los sacerdotes de Maryknoll, formó un equipo de trabajo que recorrían las diócesis, las comunidades mapuches, viviendo junto con las comunidades mapuche en las mismas rucas. Allí aprendieron el idioma y trabajaron el tema de la cultura con la misma gente. De esa época data su trabajo con los Misioneros del Verbo Divino, ayudando a que se comprometieran en la misión de Puerto Domínguez y en la pastoral indígena en el sur y en Santiago. 

Ya en su jubilación acompañó a la Pastoral Mapuche de Santiago, junto al Padre Luis Rodríguez SVD, amigo de tantas jornadas. Nunca perdió su espíritu misionero y de servicio.  Ayudaba en distintas parroquias que lo solicitaban, confesaba en la Catedral, apoyaba la labor con los temporeros de la zona central y norte. 

Pancho fue un hombre muy inteligente y estudioso. Nunca dejó de perfeccionarse en el estudio del idioma mapudungun y en su didáctica.

Desde su retiro en Canadá mantenía contacto con amigos y colegas de Chile y otras partes del mundo, siempre interesado en lo que sucedía, con su sonrisa amable y contagiosa.

Deseamos que encuentre ahora en el misterio infinito de Dios-Amor, la alegría y la fraternidad universal que anheló en la tierra, y por lo que consagró su vida como misionero. Y que la semilla que sembró, especialmente en tierra mapuche, dé frutos de vida y dignidad para este pueblo y para todo el mundo.

Misa en su memoria

El viernes 17 de diciembre, a las 20:00 horas, la Pastoral Mapuche de Santiago celebrará una Eucaristía para dar gracias por su vida y rogar por su eterno descanso. Los interesados en acompañar virtualmente pueden conectarse  AQUÍ.

¡Querido Francisco, descansa en paz! Amén.