El P. Eduardo Prabhakaran SVD, responsable de la Pastoral Social de nuestra Provincia, comparte los frutos de una visita realizada al norte del país junto con el Superior Provincial, P. Yuventus Kota SVD, donde constataron la difícil realidad de los hermanos venezolanos que últimamente han llegado masivamente a Chile. Asimismo, respaldaron el servicio brindado en este proceso por las parroquias verbitas de la zona que acogen y solidarizan con acciones concretas.

Quisiera compartir con ustedes nuestra experiencia de visitar la dura realidad de los migrantes en Iquique,  Chile. 

Estuvimos tres días en Iquique entrevistando a los migrantes en la calle y a orillas de la playa. Luego nos reunimos con los cohermanos Vicente Taji y Ronald Aming’a, quien además estuvo acompañado por su equipo de Pastoral Social de la parroquia Pica. También tuvimos la oportunidad de dialogar con el P. Franklin Luza,  coordinador de Pastoral de Migrantes de la Diócesis de Iquique.

La pérdida de fuentes laborales, el escaso apoyo brindado por el país durante la pandemia obligó a la gente a salir de su país buscando una mejor vida. Sin embargo, políticas y discursos xenófobos y racistas que comenzaron a manifestarse en distintas ciudades de varios países latinoamericanos como Colombia, Ecuador y Perú, terminaron por generar condiciones insostenibles para muchos, quienes en un intento desesperado por encontrar un lugar que les permitiera continuar su proyecto de vida, decidieron buscar un nuevo destino. En este contexto, Chile emerge como una posibilidad, especialmente para quienes tienen familiares y/o redes que puedan apoyar su inserción.

Día a día siguen ingresando a Chile personas y familias dispuestas a encontrar un lugar donde comenzar una nueva vida. En las últimas semanas el flujo de migrantes venezolanos creció de manera excepcional. Vienen jóvenes, niños pequeños, y también adultos mayores que cruzan la frontera arriesgando las condiciones extremas.

Una familia venezolana nos contó que hay gente que tenía dinero para poder comprar pasaje para venir a Iquique desde Colchane (distancia 235 km), pero en el caso de esa familia, llegó a pie con dos niños caminado casi 6 días.   Además, los entrevistados señalan que son testigos de cientos de caminantes que llegan a pie a Huara, muchos de ellos con altos niveles de deshidratación y en estado de shock. Se trata de personas jóvenes, en muchos casos con niños pequeños e incluso adultos mayores que caminan por horas en condiciones extremas, más aún cuando su cuerpo no está habituado a las condiciones de altura y falta de oxígeno.

 Es en esta etapa donde fallecieron una niña y un joven adulto de 45 años. Otras personas han sido recogidas en el desierto completamente desorientadas y al límite de sus fuerzas. Adultos mayores han sufrido caídas y niños han perdido los dedos de sus pies.  Es frecuente, relatan, que dejen abandonadas sus pertenencias en este camino, llegando con lo puesto a Huara o a otros poblados del altiplano chileno.

Cientos de migrantes venezolanos han cruzado la frontera norte para ingresar a Chile.

Situación en Colchane

La señora María de la Pastoral Social de la parroquia de Pica dijo que, cuando fueron a entregar alimentos a los migrantes en Colchane, veía en los baños portátiles a algunas mujeres vendiéndose por mil pesos, mientras sus niños la esperaban afuera, y los negociantes locales vendían agua a los migrantes cobrando casi tres veces del valor normal.  María contaba que algunos cuando repartían pan guardaban la mitad para el día siguiente. Gracias a Dios ya están llegando varias ONG’s repartiendo alimentos y medicamentos y a ellas se sumó parroquia de Pica. La última semana autoridades visitaron los campamentos y prometieron un aumento de la dotación de Carabineros para dar seguridad.  También revisaron los lugares donde se instalará ayuda humanitaria.

Situación en Iquique.
Con el P. Yuventus Kota visitamos a migrantes que se encontraban a la orilla de la playa y entrevistamos a algunas personas para saber sus situaciones y necesidades.
Hay muchos que van llegando a la ciudad, pero sin carpas para dormir, y los niños y adolescentes sin seguridad. Algunos entrevistados decían que, aunque hubo marcha contra migrantes,  hay gente que fue muy solidaria repartiendo comida y algunos aportan dinero para comprar pasajes que permitan movilizarlos a  Santiago o de regreso a su país. De nuestra parte entregamos algunas carpas, frazadas, alimentos, medicamentos etc. También en nuestra parroquia en Iquique, el P. Vicente Taji, con su equipo de Pastoral Social organiza recolecciones de alimentos y también ofrece el salón parroquial para alojamiento.

Aunque le complica ofrecer albergue en los fines de semana por la catequesis presencial, mantiene ese servicio durante la semana con su compromiso de ayuda. También intentó ofrecer el salón de la otra Capilla de la comunidad, pero en esa comunidad no todos estaban de acuerdo en ofrecer alojamiento por el peligro de delincuencia y violencia.

Tuvimos tiempo para reunirnos con  el P. Franklin Luza, el asesor de Pastoral de Migrantes de la Diócesis de Iquique. Él nos contaba que había una profunda negligencia en el tratamiento del tema de los migrantes que asola desde hace mucho tiempo a la región. Las autoridades de Gobierno deben responder. Este es un problema de Estado, excede las responsabilidades municipales, excede las responsabilidades regionales, excede las responsabilidades de la caridad o de la solidaridad ciudadana y cristiana, aunque no nos exime de la obligación de acudir siempre en ayuda de los pobres, los enfermos, los débiles y los perseguidos. Por eso estamos colaborando  junto con   Caritas, Fundación Madre Josefa, FASIC, Incami, Arquidiócesis de Santiago, Fundación Casa Fraterna que están ofreciendo acogida diaria a un grupo de 30 personas, particularmente a los niño, mujeres y enfermos con alojamiento y comida. También orientan a la gente para regularizar sus documentos. Otra de las y ocupaciones de estas agrupaciones el salud de las personas  (tomar PCR, control médico etc)

Las parroquias verbitas de la zona han desplegado acciones solidarias  para acoger a los hermanos migrantes.

Nuestro compromiso

Esta visita nos ayudó a comprender el dolor de un migrante que llega a un terreno desconocido a buscar un lugar seguro para sobrevivir. Además, fue una instancia grata de ver y escuchar a nuestros cohermanos sobre su experiencia de ver la crisis migratoria,. Pudimos  animarlos con nuestro apoyo para que sigan con ese gran servicio humanitario. Sin duda estamos conscientes de que es una crisis difícil de resolver por nosotros, no obstante, seguiremos aportando alguna ayuda concreta desde nuestra posibilidad como Provincia.

Aparte de la ayuda material, debemos analizar  la post-migracion, porque considero que existe una gran deshumanización al abordar las migraciones en el día de hoy, ya que se presta muy poca atención a los sentimientos, a las vivencias de los protagonistas de la migración, los inmigrantes, especialmente la parte emocional, psicológica y espiritual. También el dolor de la pérdida: la familia, la cultura, la tierra, sus pertenencias. Creo que es una tarea pendiente donde debemos comprometernos en los días que vienen.

P. Edward Prabhakaran SVD
Pastoral social
Provincia Chile