Arnoldo Janssen y los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
- Ideas generales
Con motivo de las Bodas de Plata de la Casa de Misiones San Miguel el P. Auf der Heide publicó en 1900 el libro “La Congregación Misionera de Steyl”. En él podemos leer como Arnoldo Janssen hizo un viaje a Tegelen el 29 de septiembre de 1874, para visitar una propiedad que estaba en venta. “En la mañana de ese día el P. Arnoldo se sintió inspirado durante la misa, a encomendarse al arcángel san Miguel y prometerle, que, si lograba llevar a buen término la compra de la propiedad, la pondría bajo su protección. Pues bien, Arnoldo compró finalmente la antigua taberna a orillas del río Maas. Y a la casa que allí fundó le puso el nombre de san Miguel.
Miguel es el ángel que nos pregunta: ¿Quién es como Dios? Todos debemos hacernos esta pregunta. Es la tentación primordial del ser humano, querer ser como Dios. No depender de Dios, ser absoluto, poder decidir sobre sí mismo autónomamente. Muchos piensan, que esta tentación, a lo sumo ataca sólo a personas con mucho poder, los potentados de este mundo.
Pero en verdad, todos corremos este peligro de querer ser como Dios. Para algunos será la tentación del perfeccionismo. Alguien que no desea tener ningún error o equivocación, y piensa, además que es la voluntad de Dios, cuando en realidad es su orgullo el que lo impulsa. Otros tienen la actitud de ser la medida absoluta de todo, sin dejarse cuestionar por nadie. Es aquel que hace o deja de hacer a su voluntad, sin que permita que otros opinen al respecto.
Al arcángel Miguel se le han dado muchos nombres a través de la historia: Ángel de la justicia; Protector de la Iglesia de Cristo; Protector de la Humanidad. Es el que lucha contra el dragón de la oscuridad. Él es el patrono protector de muchos países, como Alemania o Papúa Nueva Guinea. Su fiesta es celebrada incluso en las iglesias reformadas. Hasta el famoso músico Juan Sebastián Bach compuso una Cantata para ese día. Bach describe musicalmente la lucha cósmica de Miguel con los poderes de la oscuridad. El triunfo de san Miguel es signo potente de que la humanidad está protegida contra las fuerzas satánicas.
La Casa de Misiones de Steyl creció bajo la protección de san Miguel, y de ella brotó, como reconoce la beata madre María Elena, la Congregación de las Misioneras Siervas del Espíritu Santo; Ciertamente bajo la protección de san Miguel llegó a configurarse la Casa de Misiones y toda la obra misionera de Steyl, como Arnoldo Janssen lo había soñado desde 1875. En el sermón para la inauguración de la Casa de Misiones decía: “Se trata del inicio de una santa empresa consagrada a Dios, que, aunque alcanzara imperfectamente su objetivo, no puede dejar de ser una fuente de salvación y bendición para muchos miles. No exageramos cuando decimos: no solo para miles, sino para millones de personas se ha convertido la Casa de Misiones y toda la obra misionera de Steyl, en fuente de bendición y salvación”.
Junto a Miguel celebramos también a Gabriel; él es el ángel que anuncia Buenas Noticias: a Elisabeth y Zacarías les anuncia la buena noticia del nacimiento de Juan; a María y a toda la tierra anuncia la buena Nueva del nacimiento del Salvador de la humanidad. Gabriel es por tanto un ángel que con su anuncio trae alegría a los seres humanos.
Miguel une a católicos y protestantes. Gabriel une a cristianos y musulmanes. Gabriel, según la fe musulmana, es quien le entrega la revelación divina a los profetas y especialmente a Mahoma, a quien, incluso puso el Corán en su corazón. Por eso para la casa de San Gabriel, en Mödling a las afueras de Viena, ha sido tan importante el diálogo con el mundo musulmán.
Rafael es el ángel que regala a los hombres la salud divina. Es el ángel que, por indicación de Dios, acompaña a todas las personas en su camino vital. Por tanto, no tenemos que hacer solos el camino, Dios por medio de su ángel nos acompaña en la vida.
- Miguel y la Casa de Misiones en Steyl
Ya hemos visto como Arnoldo Janssen deseaba nombrar “san Miguel” a la nueva Casa de Misiones. Por este motivo deseaba hacerlo más conocido de los lectores de su revista misionera “Pequeño Mensajero del Corazón de Jesús”, quienes además deberían ser los bienhechores materiales de la nueva casa misional. En abril y en junio de 1875 escribió sendos artículos en honor del Arcángel Miguel en su revista. Para Arnoldo estaba claro que san Miguel era el príncipe de todos los ángeles, y en los artículos trataba de demostrarlo.
Al final del artículo de junio escribía: “¡Quiera el gran san Miguel acoger bondadoso estas líneas escritas en su honor! Dios conceda que seamos dignos de tal protección. También la Casa Misional alemana-austriaca en formación quiera estar bajo la especial protección de san Miguel. Esta resolución fue consecuencia de la moción recibida en la fiesta de san Miguel el 29 de septiembre de 1874. Hasta ahora nos sentimos obligados por un gran compromiso de agradecimiento con san Miguel por todos los beneficios disfrutados. ¡Quiera concedernos su protección en el futuro también! ¡Y a Dios el Señor sea alabanza y gratitud por toda la eternidad! Pues es Él quien, por medio de sus servidores, nos hace llegar su gracia y todos sus beneficios. Deseemos amarlo siempre, más y más, con todo el corazón, y nunca ser separados de Él por orgullo, envidia, o cualquier otro feo pecado, para no volvernos seguidores de aquel ángel, que alguna vez fue luminoso (Lucifer) y que como un dragón devora a sus seguidores. De todo ello nos proteja san Miguel”.
No sólo la casa lleva el nombre de “san Miguel”, también la iglesia de la Casa de Misiones está consagrada a él. Ella debería ser un especial santuario consagrado a los santos Ángeles, para todo el mundo relacionado con la Congregación del Verbo Divino. La iglesia en san Gabriel debía, a su vez, ser un santuario especial en honor del Espíritu Santo para el mundo verbita.
- Arnoldo Janssen y los tres Arcángeles
Para el envío de los primeros misioneros, Juan Bautista Anzer y José Freinademetz, a la misión de China, Arnoldo Janssen los bendijo con las siguientes palabras, que muestran su concepción de los ángeles:
“Los bendiga el arcángel Miguel, el gran guía en la lucha contra Satán, quien reina en los países paganos. Esfuércense, bajo la protección de tan poderoso patrono, para luchar las batallas de Dios y vencer al enemigo de las almas.
Los bendiga el arcángel Gabriel, mensajero de la Encarnación del Verbo eterno; él interceda para que sus palabras tengan fuerza y los ayude a anunciar con fruto la Palabra de Dios.
Los bendiga el arcángel Rafael, el compañero de camino del piadoso Tobías; él les sea guía en país pagano, protector ante todo peligro, y esté a su lado siempre como médico que auxilia.
- Arnoldo Janssen y los ángeles
En 1891 escribía en el Pequeño Mensajero del Corazón de Jesús: “Tú no está solo, no, un poderoso ángel santo va a tu lado”.
Arnoldo veneró a los santos ángeles toda su vida. En noviembre de 1908 hizo escribir en su última carta al P. Kaufhold en Chile: “El ángel de Dios esté siempre a su lado, él lo guíe y acompañe, y sea siempre su consejero en las situaciones difíciles”.
- Fundaciones posteriores consagradas a los santos Ángeles
Cronológicamente la segunda fundación consagrada a un ángel fue el Colegio de Roma, en este caso al arcángel Rafael. Poco después se fundó san Gabriel en Austria.
En Roma el P. Juan Janssen, hermano del Fundador, arrendó una vivienda de cinco habitaciones para los padres que estudiaban en Roma, un hermano encargado de la casa, comunidad que él presidía como preses o superior.
¿Cómo debería llamarse el nuevo Colegio? En una petición artísticamente preparada se solicitó al papa León XIII el permiso para que el nuevo “Collegio” llevara su nombre. Sin embargo, el papa no aceptó.
Se mencionaron diversos nombres, pero sin llegar a consenso. Ayudó por fin, la señora Magdalena Leitner, una mujer proveniente de Viena que había recibido el don de visiones espirituales. En una visión ella preguntó al Espíritu Santo qué nombre debería tener la fundación en Roma. Ella vio como el Espíritu Santo llamaba al arcángel Rafael y le decía: “esa casa de mis hijos debe llevar tu nombre. Te enviaré a ellos con el candelabro de siete brazos de mi gracia, para iluminar grandemente su espíritu”.
De este modo se llegó al nombre del Colegio romano como Colegio del arcángel Rafael. Del mismo modo como el arcángel Rafael fue escogido para devolver la vista a Tobías ciego, de igual manera debía abrir los ojos de los jóvenes verbitas para contemplar la luz que brota de la Palabra de Dios.
Además, se podía mostrar, que cada una de las tres primeras fundaciones en Europa llevaba el nombre de uno de los arcángeles, y por tanto cada una de las tres comunidades tenía su intercesor ante el trono de Dios. San Miguel estaba a cargo de Steyl, san Gabriel debía ocuparse de la Casa de Misiones austriaca, aún en fase de formación. San Rafael debía velar por la comunidad romana, que ni siquiera tenía casa propia en ese momento.
Para Arnoldo Janssen los ángeles eran, además servidores del Espíritu Santo, quienes llevan su gracia a los seres humanos. Como tales los veneramos especialmente en la SVD.
En las Constituciones podemos leer al respecto: “¿Cómo podemos venerar hoy a los ángeles? En cuanto que pongamos en práctica en el mundo algo de sus funciones, siendo como ángeles para los hombres; hombres que entregan alegría, buenas palabras, salud y protección a muchos”.
Phil Bosmanns escribe lo siguiente: “Hay ángeles en el mundo. Ángeles son seres humanos que hacen brillar un rayo de luz en las tinieblas de la vida, que traen una chispa de alegría del paraíso. Ellos viven y trabajan para seres que han tenido poca suerte. No cuentan las horas de trabajo, ni preguntan por el pago. Su amor a las personas es mayor”.
Seamos nosotros esos ángeles, y así también hoy día se irradiará una gran bendición para muchas personas, desde Steyl y en todos los lugares, donde los verbitas vivimos y trabajamos, haciendo realidad la visión que Arnoldo Janssen tuvo para Steyl y para toda su obra misionera.