*Por: P. Leonito de Jesús SVD

Este año, nuevamente,  celebramos la fiesta de Pascua sin la presencia física de los fieles en la Iglesia debido a la crueldad del Covid-19 que todavía está rugiendo en nuestro mundo. Aunque nuestras vidas están amenazadas y asediadas por el Covid-19, sin duda creemos que Jesús el pobre de Nazaret ha resucitado y se ha aparecido a los dos discípulos en el camino hacia Emaús.  Jesús no solamente se apareció a los dos discípulos, sino que también comía con ellos. No solo eso, Jesús también criticó sus inseguridades acerca de Su Resurrección de la muerte. Los hechos bíblicos muestran que Jesús fue asesinado por los soldados romanos a pedido de las élites religiosas judías, pero ha resucidtado. Por eso, como cristianos, en la fe también hemos sido resucitados y librados por Jesús del pecado y las tinieblas de la muerte.

Para los cristianos el significado y valor más profundo de la fiesta de Pascua es la resurrección, la liberación, la victoria y la vida. Por lo tanto, celebrando la Pascua significa que celebrar la victoria de Jesús sobre el poder del pecado y la muerte. Jesús mismo nos ha prometido que todo aquel que crea en él, que coma su Cuerpo y beba su Sangre, lo resucitará en los últimos días. Y esta promesa se cumple perfectamente en el evento de la Resurrección de Jesucristo. Así que hoy estamos celebrando la fiesta de victoria y vida con Jesús.

Hasta este punto, surgen las preguntas muy desafiantes: ¿Qué significa la Pascua para mí, en medio de mi vida amenazada por la crueldad de un monstruo muy peligroso llamado coronavirus? Si Dios es todopoderoso que ha resucitado a Jesús de entre los muertos, ¿Por qué no puede liberar mi vida y este mundo del ataque mortal del covid-19 que hizo sufrir y morir a millones de personas? ¿Por qué Dios sólo está callado al ver el sufrimiento del mundo actual causado por Covid-19? ¿O quizás Dios también está en cuarentena? Estas son las preguntas teodiceas que se le hacen a Dios para pedir su responsabilidad por el sufrimiento que surge en el mundo. Es cierto que el Covid-19 ha venido a este mundo trayendo sufrimiento y ha estado matando a muchas personas en todo el mundo. Y, tal vez este demonio sediento de sangre continúe cazando nuestras vidas. Otra pregunta que surge es que ¿Dios trajo el Covid-19 a la tierra como un castigo para los humanos?

Para responder a estas preguntas anteriores volvemos a lo que Jesús predicaba antes de que los soldados romanos lo mataran. Dios que fue proclamado por Jesús en la tierra Palestina es un Dios del amor y un Dios de la vida. Por lo tanto, es imposible que Dios quiera castigarnos porque somos las imagenes de Su propio rostro. Es imposible  que el Padre Bueno quiera castigar a sus hijos con el sufrimiento. Jesús mismo dijo, “Pues si ustedes, que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos ¡con  mayor razón el Padre de ustedes que está en el Cielo dará cosas buenas a los que se las pidan!” Con esta lógica, podemos entender que Dios es realmente bueno, y por lo tanto, es imposible que el que es bueno quiera castigarnos trayendo este sufrimiento. Dios es amor y fuente de la vida, por lo tanto ha resucitado a Jesús para liberarnos y salvarnos de la sombra de la muerte. Dios nunca nos deja. Él está siempre presente con nosotros a través del aliento que nos ha dado. Entonces, ¿Por qué dejó el Covid-19 viniera a este mundo? Para responder a las preguntas anteriores deberíamos pensar con argumentos racionales-filosóficos para buscar el raíz principal del sufrimiento que está ocurriendo en nuestro mundo.

Para responder a las preguntas anteriores cito el pensamiento del filósofo alemán Gottfried Wilhem Leibniz (1646-1716) sobre el mal que causa el sufrimiento en el mundo. Según él, existen tres males (malum) en este mundo, es decir, el primero (malum physicum) el mal físico causado por desastres naturales. Por ejemplo, el terremoto o erupción volcánica, etc. El segundo, (malum morale) el mal moral causado por los seres humanos mismos. Por ejemplo, la guerra, el asesinato, la violencia etc. El tercero, (malum metaphysicum) el mal de la metafísica que los humanos no pueden explicar completamente. Por ejemplo los humanos son fragiles, y pueden morir en cualquier momento y los humanos pueden cometerse los errores.[1]

Con esta explicación  se puede concluir que la pandemia de Covid-19 podría surgir de forma natural, en el sentido de que fue un desastre natural, o podría ser un error humano, es decir malum morale. Según Leibniz, nuestro mundo es el mejor mundo posible para toda la Creación de Dios, pero en este mundo hay sufrimiento como consecuencia de la bondad que existe en este mundo. El punto es que si comparamos nuestra vida con el sufrimiento que estamos experimentando ahora en este mundo, hemos vivido el bien en nuestras vidas mucho más que el sufrimiento. Si hemos recibido muchas cosas buenas a lo largo de nuestra vida, ¿Por qúe si experintamos un poco de sufrimiento en nuestra vida, deberíamos cuestionar la responsabilidad de Dios por el sufrimiento que causado por las manos malas de los humanos mismos? Por lo tanto, lo que tenemos que pensar es dirigir nuestra mente hacia la bondad,[2] porque después de las tinieblas saldrán la luz y la vida.

La celebración de la Pascua nos invita a salir de los sentimientos de pesimismo y miedo. La Pascua nos invita a salir de las sombras del miedo excesivo y la ansiedad de la vida.

JESÚS HA RESUCITADO ¡ALELUYA, ALELUYA!

FELIZ PASCUA PARA TODOS

 

[1] Paul Budi Kleden, MEMBONGKAR DERITA TEODICE: Sebuah Kegelisahan Filsafat dan Teologi (Maumere: Ledalero, 2006), p. 18.

[2] Ibid., p. 104.

*Sobre el autor:

El padre Leonito Jesús Leto  SVD es vicario de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Quepe en el sur del país.