*Por: Angelina Durbano 

Alguien decía una vez: no elegimos el tiempo que nos tocó vivir, pero sí podemos elegir cómo vivirlo. El Cura Brochero es un claro ejemplo de esto; él eligió cómo vivir su tiempo, su historia e hizo una opción concreta por el anuncio del Evangelio, siempre con una mirada atenta a las necesidades de aquellos postergados y enfermos de su sociedad. Fue un sacerdote, misionero ejemplar, que llevó el Evangelio a zonas serranas inhóspitas, acompañó a sus pobladores y promovió su desarrollo social, un ciudadano comprometido con su tiempo, procurando acercar a ricos y pobres y tender puentes entre diferentes visiones de país.  

Hoy al conmemorar su pascua nos acercamos a su vida para conocerla y hacer memoria agradecida de ella…

José Gabriel del Rosario Brochero nació en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba, el 16 de marzo de 1840, en una familia muy cristiana. Fue el cuatro de diez hermanos. El 5 de marzo de 1856 entró al seminario “Nuestra Señora de Loreto”, donde fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Durante sus primeros años de sacerdocio fue ayudante en la catedral de Córdoba, tiempo en el que asistió a las víctimas de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad. Tras obtener el doctorado en filosofía en la Universidad de Córdoba, fue nombrado prefecto de estudios del seminario mayor.

En 1869 fue designado párroco de la extensa zona de San Alberto, en Córdoba. Se trataba de un área vastísima, sin caminos ni escuelas, con muy pocos habitantes, que vivían esparcidos por la cadena montañosa de Sierras Grandes, en condiciones de miseria moral y material. Pero Brochero no se desalentó, sino que desde un primer momento se dedicó no sólo a anunciar el Evangelio, sino también a educar y ayudar a los lugareños, haciendo que edificaran iglesias, escuelas y caminos, obteniendo la apertura de sedes postales y bancarias, y también procurando la extensión de la red ferroviaria.

El 2 de febrero de 1908, casi ciego y sordo, con la terrible enfermedad de la lepra, renunció a su parroquia, imposibilitado de atenderla.

Falleció el 26 de enero de 1914 en su Villa del Tránsito. Fue canonizado el 16 de octubre de 2016 y beatificado 14 de septiembre de 2013, durante el pontificado del Papa Francisco

La vida del cura Brochero hoy nos sigue interpelando en nuestro modo de ser y hacer Iglesia, en nuestro compromiso cristiano misionero. Cabe recordar aquí las palabras del Papa Francisco que en una ocasión decía: “Prefiero una Iglesia accidentada por salir, que enferma por encerrarse”. En la vida del Cura Brochero se deja entrever el sueño y anhelo profundo de una Iglesia misionera, samaritana, servidora, arremangada, en salida, que cobija a los desamparados de la tierra, por el que trabajó arduamente. Las personas de Villa Cura Brochero tienen una memoria tan viva del Cura gaucho, que parece que nunca se ha ido de ese lugar, su presencia sigue viva en cada uno de los que habitan aquellas tierras serranas. Quiero invitarte en esta fiesta de nuestro Cura Gaucho a conectarte y a repensar tu sueño de Iglesia, ¿Y tú que sueño de Iglesia tienes? ¿Cómo estás viviendo tu compromiso misionero? Que con la intercesión del Cura Brochero trabajemos día a día para que nuestra Iglesia sea una casa de todos y para todos.

*Sobre la autora:

 Angelina Durbano es oriunda de la provincia de Santa Fe, pero desde hace 9 años vive en Córdoba, Argentina. Es profesora de Ciencias Sagradas y tuvo la gracia de vivir y participar de la beatificación del Cura Brochero en el año 2013. De esa celebración posee  recuerdos con gran emoción y alegría.