El P. Ronald Aming’a SVD, oriundo de Kenia, llegó al país en enero del 2017 y desde  entonces ha experimentado un profundo cariño por Chile y los chilenos.

Las conmemoraciones por Fiestas Patrias -en recuerdo a la Primera Junta de Gobierno ocurrida el 18 de septiembre de 1810-  de este año están marcadas por un difícil contexto social a causa de la pandemia. En otras épocas los chilenos “tiran la casa por la ventana” como proclama una expresión popular en referencia a  intensas celebraciones que, dependiendo del calendario local, a veces se extienden por  una semana.

Aunque esta vez no todos podrán festejar, algunos tendrán la posibilidad de compartir esta efeméride en familia con las tradicionales comidas y bebidas y, por cierto, dedicando un tiempo para reflexionar sobre lo que somos y tenemos.

Uno de los que vivirá esta conmemoración, por tercer año consecutivo, es el misionero Ronald Aming’a, proveniente de Kenia, África, quien ya está empapado  de la idiosincrasia nacional y se siente un chileno más.

El P. Aming’a es parte de los 44 misioneros extranjeros que integran y lideran en número la Provincia (hay 19 misioneros chilenos) y desde la Parroquia Espíritu Santo de Iquique, en el norte del país, ha querido compartir sus impresiones sobre la cultura chilena.

 

¿Qué concepto tiene de Chile y de los chilenos?

Desde mi experiencia personal sobre lo vivido en estos años en el país, confirmo, sin duda, que Chile es un país muy solidario y amable con los inmigrantes. Los chilenos son una gente que socializa, una cultura bella y esas buenas actitudes  se deben mantener.

 

¿Qué le atrae  más del país?

.El paisaje chileno es muy bello y maravilloso, rodeado por el mar, las estaciones del año también se agregan a la belleza del país, la riqueza de la cultura, de los bailes que se vive en especial en el norte de Chile.

 

¿Cómo fueron las circunstancias de su llegada a Chile?

Al llegar fui muy bien acogido a la Nación. Gracias a Dios llegué en el verano durante el buen tiempo con un clima agradable, sin embargo, el desafío del aprendizaje del idioma no fue fácil, pero logré integrarme con el acompañamiento escolar del Instituto de Lenguaje y apoyo del pueblo donde vivía.

 

¿De qué manera resume su experiencia misionera en tierra chile?

Para mí  la misión es una realidad que evoluciona y crece constantemente al ritmo del pueblo, con nuevo desafíos cotidianos que a veces se ven aparentemente difíciles, porque piden una apta renovación y capacidad de discernir los signos de los tiempos. En este sentido, veo la misión como una escuela de un aprendizaje constante.

Por eso quiero compartir con los chilenos la alegría de las Fiestas Patrias, esperando que disfruten y compartan significativamente este tiempo del calendario que el Padre Dios nos regala en un ambiente “dieciochero” sano y alegre.  Luego seguirán construyendo la grandeza de la patria chilena.

Les deseo felices fiestas patrias, que Dios bendiga la grandeza de Chile. ¡Viva Chile, viva su gente!