En el hermoso entorno del Refugio Lo Valdes y aprovechando los días de Semana Santa, con un cielo azul y un sol radiante, que nos invitaban a estar en conexión con el silencio y la naturaleza. Hemos vivenciado un profundo y hermoso retiro, sin lugar a dudas, un regalo para cada uno de nosotros, un verdadero oasis en el ritmo ajetreado de los días. Este retiro fue acompañado y guiado por  nuestro asesor, padre Gino Jiménez, quien nos preparó una sentida reflexión que nos permitió adentrarnos en el viernes santo.

Aprovechando la cercanía con la comunidad de Baños Morales, compartimos  con ellos el vía crucis, y la celebración de la vigilia pascual,  instancia  en la que pudimos caminar junto a esta comunidad y colaborar con un granito de arena en ambas jornadas.  Pudimos  conocer a don Alfredo, un hombre con un liderazgo alegre, cuya  presencia entusiasma y nos da ejemplo de una fe viva, ya que a sus 86 años, sigue motivando a los habitantes y visitantes de Baños Morales.

Durante estos días tuvimos también un taller donde trabajamos nuestra misión-visión, asesorados de la mejor manera posible por Rodrigo Mercado, quien nos facilitó el trabajo que venía por la tarde, nuestra planificación.

En este rincón de la Cordillera hemos dedicado tiempo y esfuerzos, donde en forma voluntaria, cada uno de nosotros ha asumido nuevas tareas y desafíos  para seguir construyendo  y caminando juntos en el  servicio  misionero.

Agradecemos a todos quienes hicieron posible este retiro y jornada de trabajo. Y es desde este compromiso y alegría del resucitado que les deseamos:

Felices Fiestas Pascuales