*En el marco del Mes de las Misiones y en la proximidad de la Jornada Mundial de las Misiones, el P. Marcelo Oyarzún SVD, secretario ejecutivo de las Obras Misionales Pontificias de Chile (OMP), comparte con verbodivino.cl  el rol de la institución en la que sirve desde el año 2021 y una reflexión sobre esta conmemoración que moviliza a toda la Iglesia en octubre.

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) es el principal instrumento de la Iglesia católica para atender las grandes necesidades con las que se encuentran los misioneros y misioneras en su labor de evangelización por el mundo. Ofrecen un constante apoyo espiritual y material para que los misioneros y misioneras puedan anunciar el Evangelio y colaborar con el desarrollo personal y social del pueblo en medio del cual realizan su labor.

La fundación de las OMP, se remonta al año 1822 con la beata Paulina María Jaricot, una joven francesa, nacida en Lyon, que fundó la Obra de Propagación de la fe. Ella, con solo 23 años de edad, motivó de una forma muy ingeniosa a que los fieles laicos participaran de la misión de la Iglesia mediante la oración y la recaudación de fondos. La iniciativa comenzó con un pequeño grupo de amigos que rezaban diariamente por la misión Ad gentes y hacían un pequeño donativo en forma semanal para apoyar la misión Ad gentes de la Iglesia. Esta idea se extendió rápidamente por toda Francia y más allá.

Motivado por la inspiración de Paulina, en esta idea de apoyo a la misión Ad gentes de la Iglesia; el Obispo Carlos Forbin Janson, viendo la necesidad de llevar el Evangelio a los niños de los países de misión, se animó a motivar a los niños de Francia en la tarea de la evangelización, fundando la Obra de la Santa Infancia. Poco después Juana Bigard  junto a su madre Stephania, fundó la Obra de San Pedro Apóstol para la formación del clero indígena. Por último el beato Paolo Manna, fundó la Obra Unión Misional, para animar y formar a los obispos y sacerdotes a ser solícitos en la misión Ad gentes de la Iglesia.

En 1922, a cien años de sus inicios, el Papa Pio XI, proclamó Pontificias las tres primeras Obras: La Obra de Propagación de la fe, la Obra de la Santa Infancia o Infancia misionera y la Obra de San Pedro Apóstol y en 1956 el Papa Pio XII, proclamó la Obra Unión Misional como Pontificia. Así, en la actualidad estas cuatro Obras forman; las Obras Misionales Pontificias.

El principal responsable de las Obras Misionales Pontificias es el Papa. Para ello se sirve de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de la que dependen directamente las OMP, y que vela por la Misión Ad gentes de la Iglesia, cuya vida y labor aun dependen de ayudas externas, tanto económicas, como personales y espirituales. Entre las diversas formas de servicio a la misión de la Iglesia, las Obras Misionales Pontificias han tenido siempre como objetivo principal la ayuda a la evangelización propiamente dicha, pero además se tiene como objetivo la ayuda en los ámbitos de la promoción humana y su desarrollo, colaborando con las instituciones y asociaciones católicas de asistencias sociales y sanitarias. Tenemos claro que “el mejor servicio  al hermano es la evangelización, que lo dispone a realizarse como hijo de Dios, lo libera de las injusticias y lo promueve íntegramente” (Redemptoris Missio 58).

 

El P. Marcelo Oyarzún SVD, secretario ejecutivo de la OMP en Chile

El Papa Francisco, en su mensaje para la Jornada Mundial de Misiones, nos recuerda que el mes de octubre, es el mes en que la Iglesia entera, es decir, todos los bautizados debemos vivir nuestra vocación de discípulos y misioneros de Jesucristo. Para ello, el Papa nos invita a reflexionar sobre el texto de los Hechos de Los Apóstoles: “El Espíritu Santo vendrá sobre ustedes y recibirán su fuerza, para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra” (Hch 1:8), este es el diálogo que Jesús resucitado tuvo con sus discípulos antes de subir al cielo.

Este año, el 23 de octubre se celebra el Domingo Universal de Misiones (DUM), motivado por el lema que nos diera el Papa: “Serán mis testigos” (Hch 1:8). La Iglesia, comunidad de discípulos de Cristo, no tiene otra misión sino la de evangelizar el mundo dando testimonio de Cristo. La identidad de la Iglesia es evangelizar. La Misión nace de Dios mismo, promueve el Reino, nos invita a caminar juntos y testimoniar nuestra fe. Como bautizados nos hace pueblo de Dios y como pueblo de Dios, somos testigos y protagonistas de la misión de Dios. El Concilio Vaticano II, nos dice que la Iglesia es por su propia naturaleza misionera (cf. AG 2). Testimoniar nuestra fe es la finalidad de la misión.

Saludos Misioneros desde la Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias. Les invito a visitar nuestra página web: www.omp.cl

*Sobre el autor:

El P. Marcelo Oyarzún Ojeda nació el 01 de diciembre de 1965 en Purranque, en la sureña provincia de Osorno. Hizo sus estudios básicos y medios en la educación pública de Purranque.

El año 1987 ingresó al noviciado de la Congregación del Verbo Divino. Profesó los primeros votos el 01 de marzo de 1989 y los votos perpetuos el 26 de enero  de 1997. Fue ordenado sacerdote el 09 de octubre de 1999 en Rahue, Osorno.

En agosto de 1992 partió a Ghana para realizar una experiencia pastoral transcultural y regresó a Chile en diciembre de 1995. Retornó a  Ghana en marzo del año 2000, después de la ordenación sacerdotal  y permaneció en ese país hasta diciembre de 2014.

En diciembre de 2014 volvió a Chile y fue destinado a la Parroquia Espíritu Santo de Fresia donde sirvio desde el 2015 hasta el  2017. Posteriormente, entre los años 2017 y 2019, asumió como párroco de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Quepe.

Fue parte del equipo de formadores de la Casa de Formación de la Congregación en Chile y actualmente sirve en las Obras Misionales Pontificias de Chile.