Por: P. Chris Ankah 

“El idioma que todos entienden es el amor”

 

Este día, en que conmemoramos la fiesta de San José Freinademetz, me trae cierta nostalgia, pues siento una especial cercanía con su vida, quizás porque tuve la gracia de estar en su tierra natal y en la casa donde él nació y vivió.

San José Freinademetz nace un 15 de abril de 1852, en el pequeño pueblo de Oies del Tirol, en  Badia y fue el cuarto de nueve hermanos. Oies se encuentra a una altitud de 1500 metros, por lo que lo que lo único que crece allí, es la hierba. Durante mi visita, pude observar un  pueblo repleto de turistas y esquiadores, sin embargo, en la época de José Freinademetz era un valle montañoso estrecho y casi inaccesible, donde las personas  apenas podían ganarse la vida. Media docena de vacas, algunos cerdos, algunas ovejas y un caballo eran el pilar económico del Hogar Freinademetz.

El fue Bautizado el mismo día de su nacimiento y heredó de su familia una fe sencilla, pero tenaz. La vida cotidiana estaba profundamente arraigada en la tradición católica. El día Comenzó con el Ángelus y cerró con el rosario familiar frente al altar de la casa.

Es importante destacar  que este Santo no fue un líder innato. No fundó una orden religiosa, tampoco escribió alguna obra teológica importante, ni desarrolló ningún nuevo método de misión. La mayoría de las veces,  estaba en segundo lugar y, como muchos otros en China, fue víctima de la  epidemia del tifus. A pesar de ello, toda la vida de este Santo estuvo marcada por el esfuerzo de hacerse chino entre los chinos, al punto de escribir a sus familiares: «Yo amo la China y a los chinos; en medio ellos quiero morir, y entre ellos ser sepultado»

Durante sus estudios teológicos en el seminario mayor diocesano de Bresanone, comenzó a pensar seriamente en las misiones extranjeras como una posibilidad para su vida. Ordenado sacerdote, el 25 de julio de 1875, fue destinado a la comunidad de San Martino di Badia, muy cerca de su casa natal, donde pronto se ganó el corazón de sus paisanos. Sin embargo, la inquietud misional no lo había abandonado. Apenas dos años después de su ordenación,  se puso en contacto con el P. Arnoldo Janssen, fundador de una casa misional que pronto se convertiría oficialmente en la Congregación del Verbo Divino.

Con el permiso de su obispo, José llegó a la casa misional de Steyl en agosto de 1878. El 2 de marzo de 1879 recibió la cruz misional y partió hacia China junto a otro misionero Verbita, el P. Juan Bautista Anzer. Cinco semanas después desembarcaron en Hong Kong, donde pasarán dos años preparándose para la misión que les fue asignada en Shantung del Sur, una provincia con 12 millones de habitantes y sólo 158 bautizados.

San José Freinademetz nos interpela  con su humilde, vida de oración y entrega misionera. Él supo descubrir y amar profundamente la grandeza de la cultura del pueblo al que había sido enviado. Dedicó su vida a anunciar el Evangelio, un mensaje del Amor de Dios a la humanidad y,  a encarnar ese amor en la comunión de comunidades cristianas chinas. Motivó  a muchos chinos para que fueran misioneros de sus paisanos como catequistas, religiosos, religiosas y sacerdotes. Su vida entera fue expresión del que fue su lema: “El idioma que todos entienden es el amor.

Al morir José Freinademetz, un chino dijo: “¡Es como si hubiera perdido a mi padre y madre!. Él había llegado a amar a la gente, su gente china,  que no quiso regresar a su propio país. Quería ser enterrado entre ellos, e incluso, ser contado entre ellos en el cielo.

José Freinademetz es un Santo de la caridad, como dice la Iglesia. Él quería lo que Cristo quería y rechazaba todo lo que no podía cuadrar con la voluntad de Dios. Él nos invita en este día a ser compasivos y a transmitir el amor en este tiempo de pandemia, los unos a los otros; a alegrar el día del otro, con gestos pequeños como una sonrisa o una palabra de aliento en este mundo tan necesitado de  amor, especialmente en estos tiempos.  Porque ser Santo no es hacer cosas extraordinarias, sino cosas ordinarias de manera extraordinaria.

Que san José Freinademetz interceda  por nosotros y  por tanta gente necesitada en este tiempo de pandemia. Amen

Sobre el autor:
P. Chris Ankah

El P. Chris Ankah nació el 24 de Mayo de 1985 en Ho, Ghana (Oeste de África). Realizó su educación primaria y secundaria en Ho, Ghana.

Entró al seminario en el año 2004, e hizo sus estudios de filosofía en St. Victor’s Major Seminary Tamale, (Ghana). En 2007, fue admitido al noviciado de los Misioneros del Verbo Divino en Nkwatia (Ghana) y profesó sus primeros votos en 2008. Desde 2008 hasta 2013 hizo sus estudios teologicos en la Tangaza College (Catholic University of Eastern Africa), Nairobi (Kenya). En 2012 hizo sus votos perpetuos y se ordenó sacerdote el 17 de Augusto, 2013.

Desde el año 2014 misiona en Chile y actualmente está trabajando en la casa de formación de los Misioneros del Verbo Divino en Santiago.