La Palabra del Domingo1, 22 de septiembre 2024
El pasaje de Mc 9,30-37 ofrece un profundo mensaje sobre el seguimiento de Jesús, el servicio y la humildad. Aquí algunas ideas clave con un enfoque bíblico para desarrollar en tu homilía:
- Jesús predice su pasión (v. 30-32)
Contexto: Este es el segundo anuncio de la pasión en el Evangelio de Marcos (el primero está en 8, 31). Jesús se está preparando para su pasión, pero los discípulos no entienden y tienen miedo de preguntar.
Elemento bíblico: La incomprensión de los discípulos se repite a lo largo del Evangelio de Marcos. Es un tema recurrente donde los que están más cerca de Jesús no entienden su misión. Esto nos lleva a meditar sobre la pedagogía (y paciencia) de Jesús y cómo Él, a pesar de nuestra falta de entendimiento, sigue revelándose.
Reflexión: Podemos hablar sobre el llamado a aceptar el misterio del sufrimiento y el sacrificio como parte del seguimiento de Cristo. Jesús nos invita a seguirlo en el camino de la cruz, aunque a veces no entendamos plenamente lo que eso significa. Profundizamos en nuestra solidaridad y compasión con los que más padecen en la actualidad. - La discusión sobre quién es el más grande (v. 33-34)
Contexto: Mientras Jesús predice su muerte, los discípulos discuten sobre quién será el más grande en el Reino. Esta desconexión entre lo que Jesús enseña y lo que los discípulos piensan revela una mentalidad humana que busca el poder y la gloria.
Elemento bíblico: La mentalidad del “más grande” es algo que Jesús corrige. Este tema se conecta con la enseñanza de Jesús en otros pasajes, como en Mc 10,43-45, donde habla del servicio como la verdadera grandeza.
Reflexión: Podemos resaltar cómo Jesús redefine la grandeza en términos de servicio, entrega y humildad. En un mundo que valora el poder y la posición, el Evangelio de Marcos nos recuerda que en el Reino de Dios, la grandeza, el honor está en servir a los demás. - El llamado a la humildad y el servicio (v. 35)
Contexto: Jesús les da una lección clara: «Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.» Esta enseñanza está en el corazón del mensaje de Jesús en los Evangelios, donde el servicio y la humildad son virtudes centrales del Reino de Dios. Los más humildes son los auditores ideales de Jesús.
Elemento bíblico: En otros lugares de los Evangelios, Jesús habla del servicio (Mateo 23, 11-12; Lucas 22, 26-27). El servicio en el cristianismo no es una opción, es la forma de imitar a Jesús, que vino “no a ser servido, sino a servir” (Marcos 10, 45).
Reflexión: Esta enseñanza nos invita a preguntarnos: ¿cómo estamos sirviendo a los demás? Jesús nos llama a poner a los demás primero y a adoptar la humildad como actitud fundamental en nuestras vidas. La grandeza según Jesús es medible no por el estatus o logros, sino por el amor y el servicio a los demás. ¿Cómo el liderazgo cristiano debe oponerse a las dinámicas de poder opresivo y ser testimonio de servicio humilde, especialmente hacia los más necesitados y marginados? En una cultura que a menudo valora el éxito y la fama, la enseñanza de Jesús sobre la grandeza a través del sacrificio y la humildad puede parecer contracultural. En demasiados lugares se busca “ascender” en términos de estatus económico y social, y la tentación de medir el éxito por la riqueza o la influencia es fuerte. - El niño como símbolo del Reino (v. 36-37)
Contexto: Jesús toma a un niño y lo coloca en medio de ellos, y dice que recibir a un niño en su nombre es recibirlo a Él y al que lo envió (Dios Padre). En el contexto cultural del tiempo de Jesús, los niños no tenían estatus ni poder, eran considerados insignificantes.
Elemento bíblico: El niño representa la vulnerabilidad y la humildad, dos características que los discípulos, y todos los seguidores de Jesús, están llamados a asumir. Este acto simbólico se conecta con la enseñanza sobre quién es el más grande en el Reino (cf. Mateo 18, 1-5).
Reflexión: Jesús nos llama a recibir y cuidar de los más pequeños, los marginados y los vulnerables, porque en ellos encontramos a Dios mismo. El llamado cristiano no es solo a servir a los poderosos o influyentes, sino a abrazar a aquellos que son considerados insignificantes en la sociedad.
¿Estamos siendo una comunidad verdaderamente inclusiva, o seguimos perpetuando divisiones y exclusiones? Esta pregunta puede provocar una autocrítica y alentar una mayor solidaridad con los que sufren.- Aplicación a la comunidad verbita:
- Este pasaje invita a la comunidad a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del liderazgo y el servicio. ¿Cómo está viviendo la comunidad este llamado al servicio humilde? ¿Cómo estamos acogiendo a los más vulnerables y necesitados en nuestros contextos?
- En el Evangelio de Marcos, el discipulado implica una inversión radical de valores: el último será el primero, el servicio es el camino a la grandeza, y el poder reside en la humildad. Estas ideas deben animarnos a vivir una fe que se traduce en acciones concretas de amor y servicio.
Metáfora: Un árbol alto y frondoso se destaca por su tamaño, pero su verdadera fuerza no está en las ramas que se elevan hacia el cielo, sino en las raíces ocultas bajo la tierra. Estas raíces invisibles son las que nutren y sostienen al árbol, permitiéndole crecer fuerte y saludable. Sin ellas, el árbol caería ante el más leve viento.
Al igual que el árbol, muchas veces valoramos lo visible: el poder, el prestigio, la posición. Sin embargo, Jesús nos muestra que la verdadera grandeza no se encuentra en lo que se ve, sino en lo que está escondido: el servicio, la humildad, y la capacidad de acoger a los más pequeños. Como las raíces profundas, estas actitudes son lo que realmente sostiene y da vida a nuestro discipulado.
Dimensión Animación Bíblica / Provincia de Chile I/2024 / José Miguel Alvarado, svd