Domingo 14° durante el año: 9 de julio 2023

Nueva reflexión sobre el Evangelio dominical de nuestro especial bíblico

En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso. Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera. (Mateo 11,25-30)

Referencias bíblicas

– En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo y dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a ingenuos. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Mi Padre me lo ha entregado todo, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. (Lucas 10,21-22)

– Te doy gracias, Rey y Señor, te alabo, Dios mi salvador, a tu nombre doy gracias. Clamé al Señor: No me abandones en el día del peligro, cuando mandan los orgullosos, y estoy indefenso. Alabaré tu nombre sin cesar, cantaré himnos de acción de gracias. Te daré gracias, te alabaré y bendeciré el nombre del Señor. (Eclesiástico 51,1.10.12)

– ¡Den gracias al Dios de los cielos, porque es eterno su amor! (Salmo 136,26)

– Él les respondió: Es que a ustedes se les ha dado conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. (Mateo 13,11)

– Jamás un hombre ha hablado como habla él. Los fariseos respondieron a los guardias: ¿Ustedes también se han dejado embaucar? ¿Acaso ha creído en él algún magistrado o fariseo? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos. (Juan 7,46-49)

– ¡Miren quiénes han sido llamados! No hay muchos sabios ni poderosos ni de la nobleza. Ha escogido Dios a los locos del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios a los débiles del mundo, para confundir a los fuertes. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. De él les viene que estén en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de Dios, justicia, santificación y redención, a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el Señor. (1 Corintios 1,26-31)

– El justo presume de conocer a Dios y se presenta como hijo del Señor. (Sabiduría 2,13)

– Le dieron poder, honor y reino y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. Su poder es eterno y nunca pasará, y su reino no será destruido. (Daniel 7,14)

– Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. (Mateo 4,3)

– Replicando Jesús le dijo: Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. (Mateo 16,17)

– En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. (Juan 3,11.35)

– Como me conoce el Padre, yo lo conozco a él y doy mi vida por las ovejas. (Juan 10,15)

– A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, él lo ha contado. (Juan 1,18)

– Yahvé respondió: Yo mismo iré contigo y te daré descanso. (Éxodo 33,14)

– Vengan a mí los que me desean y sáciense de mis frutos. Que mi recuerdo es más dulce que la miel, mi heredad más dulce que los panales. (Eclesiástico 24,19-20)

– Acérquense a mí, los ignorantes, e instálense en mi escuela de sabiduría. ¿Por qué se tienen que privar por más tiempo, si están tan sedientos de ella? He abierto la boca para decir: Adquiéranla sin dinero; sometan su cuello a su yugo y reciban instrucción: está ahí, a su alcance. Vean con sus ojos lo poco que he trabajado y qué descanso tan grande he encontrado. No escatimen dinero para recibir instrucción, pues con ella adquirirán gran cantidad de oro. Alégrense en la misericordia del Señor, no se avergüencen de su alabanza. Realicen sus obras antes del momento final y él les dará a su tiempo su recompensa. (Eclesiástico 51,23-30)

– Aquel día te quitará su carga de encima del hombro y su yugo de sobre tu cerviz será arrancado. Y el yugo será destruido. (Isaías 10,27)

– Él les había dicho: ¡Ahora, descanso! Dejen reposar al fatigado. ¡Ahora, calma! Pero ellos no han querido escuchar. (Isaías 28,12)

– Moisés era un hombre muy humilde, más que hombre alguno sobre la faz de la tierra. (Números 12,3)

– Así dice Yahvé: Párense en los caminos y miren, pregunten por los senderos antiguos, cuál es el buen camino, y anden por él, y encontrarán sosiego para sus almas. Pero dijeron: No vamos. (Jeremías 6,16)

– Sus caminos son una delicia, todas sus sendas son pacíficas. (Proverbios 3,17)

– Cuando gritan, Yahvé los oye y los libra de sus angustias; Yahvé está cerca de los desanimados, él salva a los espíritus hundidos. (Salmo 34,18-19)

– Para ser libres nos ha liberado Cristo. Manténganse, pues, firmes y no se dejen oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud. (Gálatas 5,1)

– Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: Hermanos, ustedes saben que ya desde los primeros días me eligió Dios entre ustedes para que por mi boca oyesen los gentiles la palabra de la Buena Nueva y creyeran. Y Dios, conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor comunicándoles el Espíritu Santo como a nosotros; y no hizo distinción alguna entre ellos y nosotros, pues purificó sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues, ahora tientan a Dios imponiendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos sobrellevar? Nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús, del mismo modo que ellos. (Hechos 15,7-11)

Comentario

El texto del evangelio se encuentra en la sección narrativa del tercer libro del evangelio de Mateo (Mateo 11,1-13,52), que trata de las negativas reacciones que producía la acción de Jesús y de los conflictos que provocaba la nueva justicia del reino anunciada por él. Este libro está ubicado en el centro del evangelio y contiene su tema principal. La clave se encuentra en el himno de alabanza de Jesús al Padre por la acogida del reino de parte de los sencillos (Mateo 11,25-27), en contraste con el rechazo de parte de la mayoría de sus auditores y con las escenas de incredulidad que lo rodeaban. Es un texto notable, por su profundo contenido y su ingeniosa forma literaria. Los sabios e inteligentes representaban a los dirigentes políticos y religiosos, que no habían sido capaces de reconocer la revelación de Dios transmitida por Jesús. Los sencillos representaban a la pequeña comunidad de los discípulos, que habían escuchado el llamado de Jesús y habían acogido los planes de Dios para el mundo. Jesús dio a conocer a su Padre, como manifestación de su íntima relación con él. Lo que Jesús ofrecía era el verdadero descanso a todos los que se encontraban cansados, abatidos y agobiados, por las vicisitudes de la vida. Seguir a Jesús manso y humilde significaba descubrir una perspectiva que podía dar un nuevo sentido a la vida.

El evangelio consta de cinco partes. 1. Introducción (11,25a). Las palabras introductorias a la aclamación de Jesús a su Padre son presentadas como un contrapunto al rechazo que él había experimentado anteriormente. 2. El evangelio revelado a los sencillos (11,25b-26).En la primera estrofa del himno, están las palabras de agradecimiento por haber revelado el reino de los cielos a los pequeños y sencillos, que lo habían acogido, y no a los soberbios y poderosos, que lo habían rechazado. El reino y su revelación eran un don y un regalo que venía del cielo, pero que se hacían realidad aquí en la tierra. Esto formaba parte del plan de Dios desde un principio. 3. El Padre y el Hijo (11,27). El Padre había realizado la revelación del reino a través de Jesús, cuyo mensaje estaba siendo acogido por el pequeño grupo de los discípulos. Por eso, en la segunda estrofa del himno Jesús ofrece a sus discípulos una explicación sobre la misión que el Padre le había encargado realizar y, especialmente, sobre su íntima relación con su Padre y el profundo conocimiento entre ambos. Esta dimensión trascendente de Jesús aparece complementada con la dimensión humana que viene a continuación. 4. El maestro bondadoso (11,28-29).La invitación de Jesús de acercarse a él está relacionada con la fatiga y el cansancio propios de la vida. Pero, se refiere particularmente a la abrumadora cantidad de exigencias que los maestros de la ley judía imponían a las personas. Por eso, Jesús ofrece dos veces descanso espiritual y paz interior. El discípulo debe escuchar al maestro y poner en práctica sus enseñanzas. Jesús se identifica como un maestro bondadoso y declara pertenecer también al grupo de los pobres, humildes, pequeños y sencillos, que acogieron con alegría y esperanza su mensaje. 5. Conclusión (11,30).El reino anunciado por Jesús plantea exigencias, pero son un yugo suave y una carga ligera, en comparación con las severas exigencias de los escribas y fariseos. La diferencia consistía en que la intervención de Dios en el mundo y en la historia, era una acción caracterizada por el amor y estaba al servicio de la vida plena y feliz para todos.

P. Sergio Cerna, SVD