La Pastoral Mapuche de Santiago desarrolló un retiro de 3 días en un sector de la Cordillera de Los Andes para preparar el cuerpo, alma y espíritu de cara a los desafíos del año en curso.

 

En medio de montañas y la geografía propia de la Cordillera, los integrantes de la Pastoral Mapuche de Santiago vivieron su Retiro anual durante los días 20, 21 y 22 de enero en la localidad de Lo Valdés, comuna de San José de Maipo. El lugar escogido no es una casualidad, ya que desde la concepción del pueblo mapuche la espiritualidad y experiencia con el Creador se realiza en armonía con la naturaleza o itrofill mogen (biodiversidad).

 Oración y diálogo

 Durante los 3 días hubo momentos de reflexión, conversación y oración con significativas expresiones de fe (tanto cristiana como mapuche), lo cual -a juicio de los asistentes- fortaleció el diálogo entre ambas espiritualidades y en consecuencia la vida de cada participante. El grupo fue acompañado por el P. Armando Schnydrig SVD, responsable de la Pastoral Mapuche de Santiago y por el P. Yuventus Kota SVD, Superior Provincial, quien en una de las jornadas compartió una reflexión sobre la misión como diálogo profético que la Congregación plantea para el acercamiento y acción misionera en medio de los pueblos.

El P. Provincial, acompañado por el P. Sebastián Gnanaprakasam, presidió también una Eucaristía en la que hizo oficial el nombramiento del P. Armando como responsable de la Pastoral.

Celebración de la Eucaristía en uno de los días del Retiro

Dios presente en su Creación

Claudia Ulloa, una de las asistentes, expresó que el Retiro (ver testimonio completo al final) favoreció el encuentro con Dios y permitió reconocer su presencia en medio de la naturaleza y la comunidad. “En ocasiones se nos hace un poco difícil comprender la situación en la que estamos como mapuche, sin embargo, encontramos mediante la oración y la contemplación un sinfín de respuestas. ¿Qué sería de nosotros sin todo aquello que nos rodea?  Es por esto que agradecemos día a día el nuevo vivir, la dicha de sentir cómo el viento nos acaricia y cómo en cosas tan simples está el amor de Dios”, señaló.

Y añadió: “Agradezco el poder despertar agradeciendo a Dios con el llellipun en las mañanas, escuchar el sonar de la trutruca y kultrun; todo hace que mi corazón se inflame de emociones que solo logro conectar cuando estoy en comunidad”.

Galería fotográfica
Claudia Ulloa y su vivencia en el Retiro: “En cosas tan simples está el amor de Dios”

Claudia Ulloa y su vivencia en el Retiro: “En cosas tan simples está el amor de Dios”

Mi nombre es Claudia Ulloa Ulloa de la Pastoral Mapuche de Santiago. El fin de semana pasado tuvimos una experiencia única y gratificante. Pude compartir con mi gente y tuve la dicha de acompañar a mi mamá delfina Ulloa Millalef en este Retiro en Lo Valdés.

En ocasiones se nos hace un poco difícil comprender la situación en la que estamos como mapuche, sin embargo, encontramos mediante la oración y la contemplación un sinfín de respuestas. ¿Qué sería de nosotros sin todo aquello que nos rodea?  Es por esto que agradecemos día a día el nuevo vivir, la dicha de sentir como el viento nos acaricia y cómo en cosas tan simples está el amor de Dios.

Agradezco el poder despertar agradeciendo a Dios con el llellipun en las mañanas, escuchar el sonar de la trutruca y kultrun; hacen que mi corazón se inflame de emociones que solo logro conectar cuando estoy en comunidad.

Como desafío nos encontramos trabajando en consolidar nuestra Pastoral mediante nuevos trabajos en equipo y logrando que nuestras ñañas se conecten con la tecnología para poder transmitir sus conocimientos a muchos que quizás aún no se atreven a reconocerse como tal. También estamos en pro de aprender nuestra lengua con ñañas que han dado el “sí”, para comenzar a formarnos y poder comprender aún más nuestra cultura.

Con fin de nuestros objetivos esperamos contribuir con tantos hermanos y hermanas mediante conversatorios o talleres que sean de interés para ellos, agradeciendo día a día la oportunidad de encontrarnos como comunidad.

Elevamos nuestra constante oración y agradecemos a nuestra ñuke mapu por todo lo que nos da.