El P. Carlos del Valle, misionero del Verbo Divino que sirvió durante 30 años en Chile, comparte con nostros una reseña de su libro “Palabras que narran la Palabra”, publicado en la Editorial Verbo Divino,  una obra que mira la vida consagrada en clave de misión.

La misión no merece la pena, merece la vida, porque misión es caminar en la vida con el pobre al lado y Dios dentro. Este libro deja un mapa de rutas para vivir la misión siendo misión. Se necesita todo el árbol para hacer una flor; para evangelizar es necesario lo que uno es. Tu vida es tu misión, y  tu misión es tu vida. Porque misión es dar actualidad, presencia, realidad histórica a lo que Jesús fue, remitiendo a él para sentir su atracción. Es misionero el mensajero identificado con el mensaje, quien pone el corazón donde está su misión. Es decir, el seguidor de Jesús es misión, porque es un ser humano desde Otro y para otros.

Hoy en la vida consagrada hace falta un canto coral que levante el ánimo y dé coraje para estar a la altura de nuestra misión, identificándonos con el mensaje. Este libro busca caldear corazones viviendo al ritmo de la esperanza.  Con reflexiones tatuadas en experiencias de misión en Chile, las páginas llevan a repensar la vida del discípulo en clave de misión. Su ángulo de visión es evangelio encarnado en nostalgia de periferia. Para diseñar caminos de misión, más que hablar de los pobres, el libro habla desde los pobres. Porque vida misionera es encuentro en la cátedra de los sencillos. El autor expresa  que su experiencia misionera le lleva a sentir que lo que sabe del cielo proviene de la bondad de personas, expresada tantas veces en una palabra, un gesto, un comportamiento. De hecho, hay personas que con su vida inspiran muchas ideas de esta reflexión. Por eso el autor busca en la misión desenterrar evangelio escondido en vida cotidiana.

El P. Carlos del Valle SVD

Se trata de una obra de formación misionera, que trata de despertar en el lector impulso de conversión a la misión. Lleva a que el misionero ponga el corazón donde está su misión.  Es una invitación a descubrir el rostro de Cristo en la vida, en las relaciones, en la sociedad. Para el autor, misión es leer la vida con ojos creyentes. De ahí que sus páginas reflejen amor a la vida cotidiana, y a la vida del seguidor de Jesucristo. De hecho, experiencias vividas por el autor dan fuerza a los mensajes, porque tenemos el peligro de enjaular el viento cuando preferimos las teorías a los relatos. Quedamos con verdades y desaparecen las personas. En definitiva, hay libros de donde sale luz, lecturas que aclaran y confirman, sanan y animan a vivir novedades. Este es uno de ellos. Un libro que promueve en los consagrados una continua conversión a la misión. Una obra centrada en el ferviente deseo de sugerir cuáles de nuestras palabras narran hoy la Palabra.