*Por: Hna. Anneliese Meis SSpS

Hoy, en el aniversario diecinueve de la canonización de Arnoldo Janssen por el Papa Juan Pablo II, el 5 de octubre de 2003, queremos reflexionar sobre la relación del padre fundador con los laicos. No abordaremos un tema lateral, pues el contacto permanente del padre fundador con mujeres y varones de su tiempo, *A 31/660-661, pertenece a la vida del padre Arnoldo desde el origen de la fundación. Pero si hoy en Santiago de Chile, convulsionado por tantos problemas acuciantes, un grupo de profesionales se reúne semanalmente para comentar textos del padre fundador, quedando impresionados por la profundidad del “modo de pensar” de una “persona de bajo perfil”, totalmente desconocida por ellos, esto es algo inusual, que vale la pena de ser compartido. Ofrecemos, por eso, una apretada síntesis de lo reflexionado por mujeres y varones, de distinta formación profesional, que suelen encontrarse en el Taller Mística y Razón, acompañados a veces por participantes del Grupo de Estudios de la Fuentes escritas de Arnoldo Janssen. Destacamos algunos aspectos comentados a partir de las Conferencias, Retiros y Cartas a Sudamérica.

  1. La búsqueda de Dios hoy, caminando hacia la interioridad

 Sorprende a los laicos encontrar en Arnoldo Janssen, de mente matemática, clara y distinta como la suya, exclamaciones como “¡Cuán maravillosa es la vida divina, mediante la cual el Padre se contempla en el Hijo y el Hijo en el Padre!”, siendo el asombro desde siempre el comienzo de la búsqueda de Dios. En efecto, para el padre Arnoldo “Los seres humanos contemplarán en el cielo la esencia divina. ¿Pero la llegarán a conocer a fondo?”. Si bien la respuesta del padre fundador es negativa, él insiste: “Sin embargo,  su mirada irá penetrando cada vez más profundamente en el abismo de la Divinidad, María, la primera de todos, cuya mirada, como la del águila, penetra en lo profundo de la Divinidad, siempre más profundo, y por toda la eternidad”. Arnoldo Janssen pregunta: “¿Pero lograrán conocerla en toda su magnitud?”.  Contesta: “¡Nunca jamás! Sólo Tres logran esto, es decir, las tres personas divinas. El Padre contempla Su Imagen en el Hijo y el Hijo en el Padre, y al reconocer así la perfección infinita de Dios, brota de este conocimiento un amor maravilloso, profundo e inagotable, que el Hijo dirige hacia el Padre y el Padre hacia el Hijo, como compartiendo un aliento divino. De este amor procede Dios Espíritu Santo”. El fundador prosigue: “¡Oh maravilloso misterio de poder, majestad y amor! ¡Tú te encuentras tan por encima de la bajeza y falta de amor de las criaturas! ¡Y sin embargo, Tu infinita divinidad no deja de amarlas y llenarlas de beneficios… Con amor eterno te he amado” (Jer 31, 3) y… “¿Acaso puede una madre (olvidar a su niño de pecho (Is 49,15)” A 31/ 555. No cabe duda que cada una de estas frases concisas del padre Arnoldo despierta un cúmulo de sentimientos y reacciones desde su interioridad en los laicos, entre los cuales Gloria suele orientar sus reflexiones circulares hacia aquella “humanidad” del Dios amor, dilucidado por Saide en la figura del padre Arnoldo, -humanidad que, a Virginia, un tanto alérgica a “piadosidades”, convence para avanzar en impartir su docencia “totalmente secularizada”.

  1. La contemplación y su valor formativo de la persona humana hoy

 Cuando el padre Arnoldo explica que “…debemos mantenernos en la presencia de Dios” en medio de la vida cotidiana, no ofrece técnicas, aplicadas hoy a todo nivel, sino que insiste, en que “Debemos mantener fija la mirada de nuestro espíritu en Él. Mirarlo a Él, ya sea en el Tabernáculo donde habita, ya sea en la gracia santificante que mora en lo más íntimo de nuestra alma”, verdad importante para los jóvenes de hoy, como Isidora, joven profesora, muy atenta a la índole nupcial del pensamiento del padre Arnoldo, basado en la alianza, que comparte a la luz de lo profundizado por Roberto formador. De hecho, cuando el padre fundador insiste: “Del mismo modo como lo miramos a Él, Él nos mira a nosotros, y su mirada divina se dirige firmemente a nuestra alma, que Él penetra hasta sus profundidades más internas”, Magdalena, con su corazón de artista, pregunta “¿Qué debemos decir?” en “nuestro querido Chile, tan dolido hoy”. Si bien la respuesta de san Arnoldo descoloca: “No debemos decir muchas palabras”, igual cala hondo en los participantes, al insistir: “Sólo mantener nuestra vista dirigida hacia Él y decirle, sea en palabras o en pensamientos: Oh Señor, mira a esta pobre alma pecadora, que Tú has creado y llamado a tu servicio. Quiero servirte, Tú eres mi salvador y entregaste tu vida por mí. Yo quiero hacer lo mismo. Tú me santificaste. Yo quiero pertenecerte. Enséñame tu santa voluntad ahora para reconocer esta verdad” A 31/ 732.

  1. El origen del Hijo por el Padre en el Espíritu en la experiencia cotidiana

 Este origen es evocado, con frecuencia, por Arnoldo Janssen, cuando explica “El Padre contempla su imagen en el Hijo y el Hijo a su vez en la del Padre, y al reconocer en ella la infinita perfección divina, brota de esa comprensión un amor maravilloso, profundo e insondable, que el Hijo entrega al Padre y el Padre devuelve al Hijo como aliento vital. De ese amor surge Dios Espíritu Santo. A 31/ 555, a modo de aliento –Hauch-, ‘fragancia’ propia de las flores” A 30/ 348, o provenientes también de nuestras palabras, siendo este Espíritu Aquel en quien Dios ama al mundo y a nosotros, no “a causa de lo que somos, sino debido a lo que nos quiere dar. De Él viene toda amistad y belleza”… De ahí que  lo debemos amar como seres espirituales –geistige Menschen, A 30/ 323. Esta verdad teológica fuerte emerge de fuentes dogmáticas importantes, reconocidas con asombro por José María en cuanto explicadas por el mismo padre fundador a personas sin preparación teológica filosófica, pero para mucho provecho cotidiano.

  1. La reciprocidad trinitaria a nivel congregacional, eclesial y sacramental

 Si bien tal reciprocidad emerge de la cita Gn 1, 18, “No es bueno que el hombre esté sólo: hagámosle una ayuda semejante a él” A 31/452, Arnoldo Janssen no la explica en vista a la especificidad de la mujer, siempre tratada por él con mucho respeto, sino que se explaya en la “plenitud maravillosa” de la “relación de vida y amor entre las personas divinas…”, A 31/ 555 con que “El Padre e Hijo exhalan al Espíritu Santo como su “aliento de amor” –Liebeshauch. A 31/ 665. Entonces el origen amoroso del Espíritu Santo semejante al de Eva del costado de Adán es la explicación de la especificidad de la mujer en relación al varón -con mayor desemejanza en la semejanza-, que Ruth ayuda dilucidar en cuanto “comunicabilidad” del Padre, pese a las dudas suyas respecto a la antropología cristológica, aclarado por Flp 2, 5-7 -Felipe-, remontando así la estructura de las congregaciones svd y ssps a la reciprocidad trinitaria.

  1. La Missio Dei y su concreción hoy

 La Missio Dei se plasma en las palabras compartidas del padre Arnoldo “¡No tema! Dios está evidentemente con ustedes si ha podido realizar tanto en tan poco tiempo. Se entiende que esto no se da sin tormentas, lucha y esfuerzo. Porque el demonio no renuncia a una fortaleza que ya consideraba de su propiedad. No se aflija demasiado tampoco si por debilidad humana sucede alguna vez algo penoso en alguna parte. También esto lo permite Dios, el Señor, por misericordia, para que sus servidores no se exalten por sobre sí mismos y conserven siempre la humildad, la cual es casi imposible de conservar cuando todo sucede según nuestros deseos. Por lo demás, el Señor, en su amor, ayuda también a superar lo penoso” (C.01/211). Estas palabras cobran vida por el “entusiasmo” de Sebastián, que a Patricio lo lleva a compartir sus profundos aportes concretos a partir del propio sufrir “no por qué, sino para qué”

 A modo de Conclusión

 Puedo constatar con asombro y gratitud cómo el pensamiento del padre Arnoldo cobra vida en los laicos hoy -Anneliese- plasmando, de modo fascinante,  aquel deseo del padre Arnoldo por  “el reconocimiento del gran amor que nos tiene el Espíritu Santo” (Consagración del fundador al Espíritu Santo, Viena 1887), -deseo con que iniciamos este camino “poco popular”-Eduardo Saffer svd. ¡Que san Arnoldo nos ayude contagiar a muchas personas hoy para emprender esta búsqueda gozosa tan dificultosa!

*A 31/660-661: Todas las referencias de este tipo  pertenecen a un libro de la Congregación del Verbo Divino llamado Analecta

Grupo de Estudio en las Fuentes Escritas de Arnoldo Janssen:

Roberto Díaz svd, Anneliese Meis ssps, Saide Cortés, Sebastián Go svd, Felipe Hermosilla svd.

Participantes de Mística y Razón, misticayrazon.cl

José María Alvarez (Ingeniero, Diácono Permanente, Bachiller en teología); Ruth Caro (Analista en Sistemas Computacionales; licenciada en teología; Magister en teología dogmática); Gloria Jamed (Secretaria Ejecutiva, Traductora); Magdalena Tagle (Abogada, Poetisa); Virginia Orellano (Magister en Música, Prof. Ciencias Políticas, Usach); Isidora Suárez (Prof. de Religión, Deutsche Schule); Patricio Fernández Montoya (profesor de Educación General Básica, del Colegio Espíritu Santo del Verbo Divino, de la comuna de San Joaquin).

*Sobre la autora:

La hermana Anneliese Meis Wôrmer SSpS es religiosa de la Congregación Misionera Siervas del Espíritu Santo, doctora en Teología Dogmática e investigadora del Centro UC de Estudios Interdiciplinarios Edith Stein.