Por: P. Claudio Dilayen SVD
*En la celebración de una santa africana, santa Josefina Bakhita, compartimos esta reflexión del P. Claudio Dilayen SVD sobre África y la situación de la Iglesia.
El 30 de octubre 2011, recién llegado a Chile, en la misa del Encuentro de Jóvenes Misioneros, un cohermano me presentó como nuevo misionero que viene de África. En mis años de servicio misionero en el sur y ahora en Santiago de Chile, miles de veces me he encontrado con esta pregunta: “Cuéntanos de África… ¿cómo es África?”
El continente africano está formado por 54 países soberanos, 2 territorios dependientes y números territorios integrados en Estados no africanos.
La Iglesia Católica dio sus primeros pasos en África alrededor del siglo I cuando se formó el Patriarcado de Alejandría, junto a los Patriarcados de Antioquía y el de Jerusalén.
Actualmente, el continente tiene una población de 1.396.997.562 cerca de un 51,8% de la población pertenece al cristianismo y 18% total se declara católica. Es en África subsahariana donde se concentra el mayor número de católicos del continente, la República Democrática Del Congo es el país africano con una mayor presencia de católicos, con un total de 44 millones (lo que lo convierte en el décimo país del mundo con más fieles de esta religión, segundo es Nigeria con 28 millones, mientras que al norte del Sahara predomina el Islam.
Pensemos en las Iglesias cristianas de África, cuyo origen se remonta a los tiempos apostólicos y están ligadas, según la tradición, al nombre y predicación del evangelista Marcos. El Papa Pablo VI, por ejemplo, hablaba de innumerables santos, mártires, confesores y vírgenes que pertenecen a las regiones septentrionales de África; su vida fue intensísima y estaba a la vanguardia, tanto en el estudio teológico, cuanto en la expresión literaria”. (Africae Terrarum, n° 3, 1967).
Y el Papa Juan Pablo II tampoco se quedó indiferente a la contribución de la Iglesia africana a la Iglesia Universal.
Nos vienen a la memoria los nombres de los grandes doctores y escritores como Orígenes, Atanasio o Cirilo, lumbreras de la escuela alejandrina; y desde la otra orilla del lado mediterráneo africano, Tertuliano, San Cipriano, y sobre todo, San Agustín, una de las luces más fulgentes de la cristiandad. Recordemos a los grandes santos del desierto como Pablo, Antonio, Pacomio, primeros fundadores de la vida monacal, difundida después siguiendo su ejemplo en Oriente y Occidente.
Prosigue el Papa: «Durante estos primeros siglos de la Iglesia en África, algunas mujeres dieron también testimonio de Cristo. Entre ellas se debe mencionar particularmente a las santas Felicidad y Perpetua, a santa Mónica y a santa Tecla». (Ecclesia in Africa, n. 31, 1995)
«La serie de santos que África da a la Iglesia, serie que es su mayor título de honor, continúa creciendo. Cómo no mencionar, entre los más recientes, a Clementina Anwarite, virgen y mártir de Zaire, que beatifiqué en tierra africana en 1985, a Victoria Rasoamanarivo, de Madagascar, y a Josefina Bakhita, de Sudán, beatificadas también durante mi pontificado. Y cómo no recordar al beato Isidoro Bakanja, mártir de Zaire» (Ibidem, n. 34).
Actualmente, las Iglesias cristianas tradicionales africanas (católicos, anglicanos y evangélicos o protestantes) se sientan amenazados por el avance vertiginoso de las Iglesias neo pentecostales. La Iglesia católica en África se encuentra frente a multitud de desafíos y con una interrogante fundamental, los cristianos africanos ¿Cómo podrán ser testigos cada vez más fieles del Señor Jesús?
Desafío de evangelización
Es necesario que afronte el desafío derivado de este tema, de la Iglesia que se evangeliza a través de una conversión y una renovación constante, para evangelizar el mundo de manera más creíble.
Desafío de Superación de la división
La Iglesia en África se siente interpelada por el deber preciso de superar las divisiones. «Las posiciones tribales ponen a veces en peligro, si no la paz, al menos la búsqueda del bien común para el conjunto de la sociedad, creando así dificultades a la vida de las Iglesias y a la acogida de pastores de otro origen étnico». (Pontificia Comisión «Justicia y Paz», Documento Los prejuicios raciales. La Iglesia ante el racismo, 3 de noviembre de 1988, 12: Ench. Vat. 11, 918).
Desafío de Matrimonio y Vocación
Un desafío importante, en 1994, a Sínodo de los Obispo y Asamblea especial para África, los padres sinodales africanos subrayaron unánimemente que «el futuro del mundo y de la Iglesia pasa a través de la familia». El proceso de preparación al matrimonio y al sacerdocio casi va en la misma línea. Algunas iglesias particulares africanas son muy estrictas en esto.
Sobre el autor:
El P. Claudio Dilayen sirve actualmente como párroco de la Parroquia María Misionera de Maipú en la Región Metropolitana de Santiago.