A menos de un mes de las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales; los obispos comparten su preocupación ante el actual momento político y social en Chile, expresando que la Iglesia siempre ha estado estrechamente unida al devenir de la patria, con su palabra y su acción en favor de la paz, ofreciendo una reflexión que contribuya a encontrar caminos de entendimiento y concordia.
En un mensaje dado a conocer el jueves 21 de octubre, el Comité Permanente del Episcopado chileno comienza expresando: “Nos preocupa el actual clima de beligerancia y polarización en la vida política, especialmente en la campaña presidencial. Lo que debiera ser una oportunidad para confrontar ideas, proyectos y programas sobre el presente y el futuro de la patria, en un ejercicio que infunda esperanza, sentido de pertenencia y compromiso con el bien común; se convierte frecuentemente en un escenario de descalificaciones y disputas estériles, generando distancia, incertidumbre y desazón en muchos chilenos”. Si bien se reconoce que es propio de la política la discrepancia, ven un escenario radicalizado que puede causar fracturas difíciles de sanar, recordando como ha señalado el Papa Francisco que en el “juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación”.
“Crecen entre nosotros manifestaciones de violencia. La polarización y la agresión se expresan en muchos niveles de nuestra convivencia, incluso en el trato cotidiano con los demás. Han aumentado últimamente los asesinatos y otras acciones criminales. El narcotráfico y la delincuencia ocupan amplios sectores y espacios de nuestras ciudades. La legítima protesta política se vuelve a menudo, por acción de algunos grupos, destructiva”, lamentan los obispos. Invitando a “revisar seriamente nuestra manera de convivir”, agregan que “necesitamos detener la violencia y aprender a dialogar como hermanos, habitantes todos de un mismo país y casa común y, por lo tanto, depositarios de un destino que a todos pertenece por igual”.
Sobre el escenario económico los pastores señalan que en sus consecuencias negativas siempre afectan en mayor proporción a los más pobres y a las familias vulnerables, añadiendo que la pandemia ha generado problemáticas que se extenderán por largo tiempo. “Es contradictorio que, mientras buscamos y anhelamos mayores niveles de bienestar y justicia, no construyamos desde la acción política escenarios más estables que permitan enfrentar de verdad los desafíos sociales y económicos que tenemos. Necesitamos apostar una y otra vez por el bien del país, más allá de cálculos electorales”, piden los obispos.
“Llamamos a todos a actuar con responsabilidad. Para quienquiera que llegue a gobernar el país en el próximo período, la tarea será difícil y compleja, por el contexto económico y político que vivimos, sin olvidar la presencia aún entre nosotros de la crisis sanitaria. Ahora mismo debemos cuidar las palabras que se dicen y las iniciativas que se emprenden, para no generar esa polarización que vuelve más opaco nuestro presente”, exclaman los representantes de los obispos católicos en Chile, añadiendo que ante las elecciones y proceso constitucional en curso “debiéramos estar viviendo un tiempo positivo, de propuestas y esperanzas”, agregando que “Estamos a tiempo para rectificar”.
Al concluir, el Episcopado invita a los creyentes a “orar por nuestra patria, por sus gobernantes y dirigentes, por sus instituciones y procesos políticos y sociales en curso, por cada uno de sus habitantes», encomendando este tiempo a la Virgen del Carmen y haciendo propias palabras del papa Francisco de su Encíclica Fratelli Tutti: “Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz. Impúlsanos a crear sociedades más sanas y un mundo más digno, sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras” y a “reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno, para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas”.
Firman esta declaración, el arzobispo de Concepción y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Fernando Chomali Garib; el obispo de Copiapó, Ricardo Morales Galindo; el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz; el obispo de Rancagua, Guillermo Vera Soto; además del obispo de Chillán y secretario general de la CECh, Sergio Pérez de Arce Arriagada.
Fuente: Comunicaciones CECh
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