*Por: P. Modeste Munimi SVD
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación forman parte de nuestra vida cotidiana, familiar y comunitaria. Pero… ¿son buenas o malas? Es difícil responder con rotundidad a esta pregunta porque son recursos que nos ofrecen numerosas oportunidades y, a su vez, suponen algunos riesgos. Todo depende del uso, o del abuso, que se haga de ellos.
El decreto del Concilio Vaticano II sobre Medios de Comunicación Social (Inter mirifica) reconoce los beneficios de los medios de comunicación a nuestro alcance y nos anima a poseerlos y utilizarlos para el bien y para proclamar la Palabra de Dios a las grandes masas de personas.
Arnoldo Janssen era consciente de que se debía usar los medios de comunicación a su alcance para promover sus ideas misioneras. Una vez dijo, “El pastor de almas tiene que usar todos los medios que los signos de los tiempos dictan”.
En su mensaje de este año para la Jornada Mundial de las comunicaciones sociales, el Papa Francisco admitía que las nuevas tecnologías, con sus innumerables expresiones sociales, pueden multiplicar la capacidad de contar y de compartir hechos y acontecimientos.
El párrafo 46 del documento del décimo octavo Capitulo General habla de inmensas posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para la primera y nueva evangelización y para compartir nuestra espiritualidad.
Cuando hacemos un buen uso, los medios digitales se convierten en unas herramientas positivas en nuestro día a día como religiosos y misioneros. Y nos responsabiliza a todos como usuarios y como consumidores.
Es una evidencia que las nuevas tecnologías de la comunicación e información nos acercan cada vez más, pero al mismo tiempo nos alejan los unos de los otros.
Las experiencias demuestran que en vez de promover la vida en comunidad, a veces, las nuevas tecnologías favorecen la incomunicación y el individualismo. Algunos pasamos numerosas horas mirando al móvil, incluso cuando tenemos a alguien enfrente. Descuidamos las relaciones cercanas y cuidamos las relaciones virtuales. Es cierto, que las nuevas tecnologías nos ofrecen muchas oportunidades, pero pueden crear también simulaciones virtuales, ilusiones, fantasías y ficciones que nos distraen y alejan de nuestra vocación y misión y de la vida comunitaria.
Como misioneros del Verbo Divino, nuestro compromiso con las nuevas tecnologías de la información y comunicación nos llama a salir de nosotros mismos, de nuestro narcisismo para encontrarnos con el otro – que es de una cultura, credo o situación socio-económica diferente a la nuestra. Comunicar en este contexto viene a ser la acción de poner algo en común ya sea en un espacio virtual como físico; la comunicación humana, sea cual sea el medio, debe establecer vínculos verdaderos y reales entre las personas.
¿Somos conscientes del tiempo que le dedicamos a las redes sociales, al móvil?
Las nuevas tecnologías, ¿nos acercan o nos alejan unos a otros?
*Sobre el autor:
El P. Modeste Munimi SVD es el Coordinador General de Comunicaciones de los Misioneros del Verbo Divino.