“El Reino del Cielo se parece a una semilla de mostaza…(Mt 13:31). “La simplicidad de este comienzo no debería desalentarnos. El más poderoso de los árboles comienza de una sola semilla y el más fuerte de los gigantes fue una vez un débil bebé”.
(Arnoldo Janssen, el día de la inauguración de la Casa de Misión en Steyl.)

El mes de septiembre está lleno de significado para todos los miembros de la familia Arnoldina. En una sencilla posada junto a un río de los Países Bajos, un grupo de hombres y mujeres trató de hacer realidad un sueño: inspirados por la fuerza del Espíritu y siguiendo las huellas del Verbo Divino, hacer del mundo su hogar y compartir la alegría del Evangelio con todas las naciones.
Han pasado 146 años. La familia Arnoldina ha crecido en fecundidad y en número. Pero los números no son suficientes. Tenemos el reto de seguir creciendo en la calidad del cultivo de nuestra vida espiritual, en el cuidado y defensa de los pobres, del planeta y en la misión comunitaria. Que los santos Arnoldo, José Freinademetz y la generación fundadora nos provoquen cada vez más a buscar una mayor fidelidad personal y comunitaria.
Septiembre también tiene otros significados especiales para nosotros. En muchas partes del mundo se celebra el mes de la Biblia. Una oportunidad para reavivar la dimensión bíblica en nuestro servicio misionero y en las comunidades donde estamos presentes.

Que las fiestas del evangelista Mateo (21 de septiembre), de nuestros patronos Miguel, Rafael y Gabriel (29 de septiembre) y de San Jerónimo (30 de septiembre) nos inspiren en la sublime tarea de compartir la alegría del Evangelio de la vida.

Mensaje del P. Paulus Budi Kleden SVD, Superior General:

Texto: Vivat Deus