*Por: P. Eduardo Prabhakaran SVD

El dueño de un predio se acercó al capellán del Hogar de Cristo con un cheque y le dijo: “Tome, padre, para sus obras”. El sacerdote lo miró y le respondió: “Muchas gracias, pero disculpe si antes de recibirlo le hago unas preguntas: en su campo, ¿tiene trabajadores?”, ¿y ellos tienen casa?”, “y en esas casas ¿hay luz eléctrica?”, “¿tienen piso o suelo de tierra?”, “¿y habrá alcantarillado?”. El hombre no supo qué responder. “Hagamos una cosa”, le respondió el capellán: “Vaya con este cheque y haga todas las cosas que les debe a sus trabajadores. Estas que conversamos y las que falten. Después, si le queda algo para donar me lo trae para el Hogar de Cristo”. El capellán era el  Padre Alberto Hurtado, figura distintiva de nuestro país en la lucha por la justicia social, a quien conmemoramos este 18 de agosto y durante el Mes de la Solidaridad

Estos últimos años han sido una tremenda experiencia inolvidable de dolor y tristeza por la pérdida de tantos seres queridos por el Coronavirus y, por otro lado, el efecto negativo ocasionado por la pandemia colocó a muchos en una situación muy compleja en todo su aspecto. Sin embargo, ese fue un momento significante porque al ver la dura realidad de nuestros prójimos afectados, se despertó en nosotros el espíritu solidario y el amor fraterno. Evidentemente eso se mostró y sigue mostrando a través de distintas entidades como la Iglesia, el gobierno, instituciones privadas, los funcionarios de salud y aseo que han extendido generosamente la mano de ayuda para luchar contra la crisis.

Para nosotros como misioneros del Verbo Divino en Chile también, aunque es una experiencia nueva para todos de afrontar y debatir la crisis, sin embargo, fuimos capaces de sentir el dolor ajeno sobre todo los afectos en nuestros lugares de trabajo.  Por eso, muchos cohermanos sacerdotes misioneros de la Congregación nos comprometimos a ayudar con los agentes pastorales organizando diversas actividades solidarias. Lo más destacados fueron la olla solidaria, entrega de caja de mercadería y acompañamiento a las familias afectada a través de nuestra escucha activa, orientación y el apoyo espiritual. 

Creo que son momentos muy significantes para nosotros y el Día y Mes de la Solidaridad son una ocasión propicia para preguntarnos a nosotros mismos ¿Qué haría San Alberto en mi lugar?  Es una pregunta relevante para nosotros como misioneros porque debemos seguir nuestro compromiso misionero de una forma más concreta de estar al lado del sufriente y ayudarle a levantar la esperanza y mostrarle que Dios también está con nosotros sufriendo, llorando, cuidando, investigando, trabajando y dándonos esperanza. La fe es seguir aun cuando la noche está oscura, pero sabemos que el Dios de la Vida, de la Resurrección no nos abandona.

También en el marco de los 120 años de nuestra presencia en Chile queremos ser más solidarios abriendo nuestro corazón y ver la realidad de nuestra sociedad con la luz de Cristo y con la visión de nuestro Fundador de ver más allá de nuestra frontera y amar al prójimo como lo hizo nuestro primer misionero a China, San José Freinademetz.

*Sobre el autor:

El P. Eduardo Prabhakaran SVD es coordinador de la Pastoral Social de la Congregación en Chile, consejero provincial y presidente de la Fundación El Carmen.