En el día de la fiesta patronal destacamos la trayectoria de esta comunidad cristiana ubicada en la zona central de Chile.

Con poco más de medio siglo de historia, la Parroquia San José Obrero de Rancagua se ha caracterizado por su vasta repercusión apostólica y dinamismo  pastoral que le han dado su propio sello cristiano – misionero.

Fue elevada oficialmente como parroquia el 19 de octubre de 1968 tras desmembrarse de la Parroquia el Sagrario. El obispo de entonces, monseñor Eduardo Larraín, encomendó el cuidado pastoral a la Congregación del Verbo Divino, siendo su primer párroco el religioso argentino P. Manuel Bahl SVD.

Identidad

La parroquia fue la comunidad eclesial que en los años 70s acogió a las familias mineras que bajaron de la extinta ciudad de Sewell. A lo largo de estos 52  años de vida parroquial, el sello distintivo ha sido la Pastoral Bíblica, la Legión de María, la acción social, el apostolado con jóvenes y familia, entre otros.

Entre los desafíos para los tiempos de hoy se encuentran el acompañamiento a los adultos mayores que son un gran porcentaje de la feligresía, fomentar nuevas prácticas pastorales para involucrar a los jóvenes y la atención espiritual a las familias migrantes que paulatinamente han llegado a la jurisdicción parroquial.

Imagen de San José venerada en la sede parroquial.

Vida pastoral

Actualmente la Parroquia está conformada por 8 comunidades: Granja (sede parroquial), Verbo Divino (Rancagua sur), San Vicente de Paul (Las Rosas), Sagrado Corazón de Jesús (Dintrans), San Francisco Javier (Oscar Bonilla), San Lorenzo (Villa Carén), Jesús de Nazaret (Isabel Riquelme) y Espíritu Santo (Manzanal).  Todas son comunidades urbanas con diversas realidades socioeconómicas.

El párroco es el P. Casimiro Martínez SVD y lo acompañan en la atención a la comunidad los padres Manuel Bahl SVD y Stephen Nyantey SVD. Junto con ellos sirven el diácono en tránsito Felipe Hermosilla SVD y el diácono permanente Genaro Díaz.

 

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