Delfor Nerenberg y Felipe Hermosilla fueron ordenados diáconos en tránsito al presbiterado por monseñor Alberto Lorenzelli.

En una Eucaristía celebrada esta tarde en la Capilla del Colegio del Verbo Divino, los verbitas Delfor Nerenberg y Felipe Hermosilla fueron consagrados diáconos para el  sacerdocio por imposición de manos y la oración consecratoria de monseñor Alberto Lorenzelli SDB, obispo auxiliar de Santiago.

La ceremonia contó con la presencia física de un reducido grupo de amigos y cercanos a ambos jóvenes; de sacerdotes verbitas y -de modo virtual- acompañaron a través de la transmisión de Facebook los familiares de Delfor y Felipe, desde Jardín América (Argentina) y Lonquimay (Chile), respectivamente.

Diáconos con esencia misionera

En el primer tramo del solemne acto, el Padre Provincial Yuventus Kota SVD presentó a los candidatos ante el obispo y le manifestó la dignidad de recibir el Orden Sagrado en el grado del diaconado.

Posteriormente, en su homilía, monseñor Lorenzelli acentuó la identidad religiosa con que los neodiáconos asumirán el servicio al Pueblo de Dios.

 «La ordenación diaconal de estos hermanos nuestros y, dentro de algunos meses, la presbiteral, no modifica su pertenencia a la espiritualidad de los Misioneros del Verbo Divino. Ciertamente, el Orden Sagrado les confiere un nuevo estado mediante el carácter y la gracia del sacramento, pero la llamada a identificarse con Jesucristo es en este carisma y en esta espiritualidad», indicó.

El obispo auxiliar de Santiago les pidió «cultivar en su corazón la caridad, alma de todas las demás virtudes cristianas, que adquiere la forma de caridad pastoral, ministerial»  y les recordó además que «sus deberes específicos son: la predicación de la Palabra de Dios, la administración de la Eucaristía y la participación en las ceremonias litúrgicas».

Que Dios complete y perfeccione su obra

Durante el ritual de ordenación Delfor y Felipe ratificaron sus compromisos de vivir de manera célibe  y expresaron disposición a enfrentar esta nueva misión que les encomienda la Iglesia.  Luego, postrados delante del altar, pidieron con  toda la asamblea el auxilio de los santos y santas de Dios mediante  la entonación de las Letanías.

El canto Veni Creator Spíritus, propio de la espiritualidad verbita,  precedió la imposición de manos del obispo, gesto con el cual transmitió el Espíritu Santo a cada ordenando.  Tras ese  profundo signo, monseñor Lorenzelli pronunció sobre ellos la plegaria de ordenación.

Servidores del Pueblo de Dios

Finalmente, los nuevos diáconos  fueron revestidos por su formadores con la estola y la dalmática, ornamentos distintivos del ministerio que ejercerán y acto seguido recibieron el Evangeliario para proclamar y vivir la Palabra de Dios.

Al término de la misa, Felipe Hermosilla dirigió un mensaje en el que se refirió a los sentimientos que inundaron la jornada.  «La alegría de este día se transforma en un bálsamo para nuestro entorno; seguir a Jesús es una opción posible y viable. Nuestro estilo de vida es desafiante, cautivante e itinerante. Hay tantos rostros, historias y lugares y momentos que guardamos en nuestros corazones», expresó.

El neodiácono agregó que: «el corazón de un verbita es una mochila ligera y presta que cada día se va llenando poquito a poco de Dios; un Dios que nos sale al encuentro en todo y todos».

 

Imágenes

 

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