Los 50 años de sacerdocio los define como “caminos misioneros con Jesús“, cuyo recorrido ha sido principalmente en Chile.

El padre Paulo Becker Siepmann SVD conmemoró el 13 de diciembre 50 años de ministerio sacerdotal, un acontecimiento que celebró al día siguiente con una Eucaristía en Cerro Navia acompañado por laicos, cercanos y cohermanos de la Congregación.
La fiesta tuvo como epicentro esa comunidad, ya que el P. Paulo permaneció largos años como misionero en el lugar generando un profundo vínculo pastoral y social.

Trayectoria misionera

El P. Paulo Becker, oriundo de Alemania, llegó a Chile en enero de 1978 previo paso por Argentina donde desarrolló un intenso apostolado. Y gran parte de su recorrido como misionero lo resume en el libro Caminos Misioneros con Jesús que publicó en marzo de 2016.
Alegría, dolor, esperanza y fe son algunos de los principales sentimientos con los que el P. Becker califica su trayecto como misionero del Verbo Divino. La mayor parte de ese camino lo ha realizado en Chile donde se caracteriza por su espíritu de servicio y gran compromiso social.

Algunas obras

Su primer encargo pastoral fue como párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes de Rahue Bajo en Osorno, sur del país. Ejercía esa tarea cuando el obispo de la época, monseñor Francisco Valdés Subercaseux, le solicitó construir un nuevo templo, porque el antiguo había sufrido severos daños tras el terremoto del año 1960.

El P. Paulo recuerda que tuvo que activar todas sus redes sociales del mundo para conseguir recursos. “Confiando en la Providencia de Dios empecé a escribir cartas. Recuerdo que entre los años 1983 a 1986 despaché alrededor de 500 cartas a todo el mundo, a personas particulares, a organizaciones eclesiales, a la Comisión para Latinoamérica en Roma, a familiares, amigos y hermanas religiosas, amigos de Cáritas, a un pueblo de nombre Erpel, cerca del río Rhin, etc“.
“La plata empezó a gotear y en 1985, el 25 de abril para San Marcos, nos animamos con el Consejo de la Parroquia de Lourdes a iniciar la obra. Colocamos la piedra fundamental y en un tubo de vidrio pusimos los documentos de inicio de la construcción con los nombres de los responsables y los nombres del Comité de Construcción de la Parroquia“, acota.

Pero una de las experiencias que llena de satisfacción al padre Paulo es su paso por Cerro Navia, lugar en el que –entre otras acciones sociales- fundó el Centro de Formación para el Desarrollo Social. Así recuerda ese proceso: “Una idea que amarró fue cómo ayudar a la gente en una forma más adecuada. Me recordaba de un proverbio chino: ‘no hay que dar el pez, sino hay que enseñar a pescar’ (…) “”
“(…) La inversión fue de 64 millones de pesos. Varias organizaciones de Alemania facilitaron la construcción y también la Fundación Los Andes de Santiago donó al final la implementación de la casa para dar funcionamiento a los talleres planificados“, expresa.

Gratitud

Actualmente el P. Paulo Becker reside en la Casa Central de la Congregación y con 50 años de vida sacerdotal solo tienes palabra de gratitud a Dios y al Pueblo de Dios. “Gracias a Dios y a todos los que estuvieron conmigo en los caminos misioneros. Gracias a la Virgen de Guadalupe que con su amparo maternal me acompañó siempre“, puntualiza.