Los jóvenes renovaron votos temporales de pobreza, castidad y obediencia ante el Pueblo de Dios que se congregó en la comunidad del Verbo Divino de La Florida.

En la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, los seminaristas Carlos Villavicencio, Delfor Nerenberg (Argentina), Felipe Hermosilla (Chile) y Juan Zúñiga (Ecuador) renovaron los votos temporales de pobreza, castidad y obediencia en la Congregación.
Los cuatro hermanos –que están en formación en el Juniorado Panam San José Freinademetz de Santiago- estuvieron acompañados por sacerdotes y la comunidad del Verbo Divino de La Florida.

Renovación

La profesión fue realizada en una Eucaristía presidida por el Superior Provincial del Verbo Divino, P. Graziano Beltrami SVD, quien destacó la disposición de los jóvenes para seguir a Jesús, especialmente, en”tiempos complejos”. “Ellos son conscientes del camino que han elegido y al igual que la Virgen María han dicho ‘sí’ y se han comprometido para servir a Jesús y a sus hermanos”, precisó.
Tras la Liturgia de la Palabra el P. Roberto Díaz SVD, rector y formador del Juniorado, presentó a los cuatro seminaristas destacando las virtudes apostólicas de cada uno.

Sobre Carlos Villavicencio dijo que ha sobresalido por su espíritu apostólico y disposición para el servicio misionero. “Este año colaboró intensamente en la Parroquia Latinoamericana de Providencia. Carlos está terminando estudios de teología y ha hecho una experiencia en Angola”, señaló.

Con relación a Delfor Nerenberg, el P. Roberto destacó su trabajo en el ministerio musical en diferentes comunidades de la Capital. “Delfor está finalizando sus estudios teológicos y acaba de llegar de una experiencia en Austria”, comentó.

En tanto, a Felipe Hermosilla lo definió como “muy buen estudiante y un joven apostólico que este año ha colaborado en el Hospital Parroquial de San Bernardo bajo la enseñanza y acompañamiento de los padres camilianos”.

Finalmente, al presentar a Juan Zúñiga resaltó su trabajo con migrantes en la Parroquia San Francisco y en un hogar de ancianos. “Juan actualmente cursa filosofía”, puntualizó.

Ante la Trinidad

Como es propio de la espiritualidad verbita, los seminaristas se encomendaron al Padre, Hijo y Espíritu Santo para vivir -por el periodo de un año- de manera pobre, casta y obediente. Mientras pronunciaban la fórmula de renovación, sostenían en sus manos una vela en señal de aceptar la luz de Cristo que debe brillar en sus vidas y la de los demás.

Los cuatro jóvenes están encaminados al servicio sacerdotal y tres de ellos se encuentran en la última etapa de formación. Encomendamos sus quehaceres a Maria, madre del Verbo y oramos a Dios para que Él complete y perfeccione la obra que él mismo comenzó en ellos.